martes, 6 de noviembre de 2007

Foro

Para entretenernos en esta época en la que no hay carreras he creado un foro, cuyo link se encuentra a la derecha, en el que espero podamos contar lo que queramos cada uno.

Espero que os guste la iniciativa.

martes, 16 de octubre de 2007

Los 88 por Marcial Colomo:

Siendo esta una carrera por parejas, en la que se comparte la experiencia con un compañero, decidí pedir a Marcial que redactara una crónica de lo que fue para él la jornada. Aquí esta:

Antes de nada voy a comenzar explicando cómo casi de repente me vi instalado en la línea de salida de “Los 88” 2007. Resulta que pocos días antes de la carrera llamé a mi amigo Pablo con el fin de interesarme por su nueva pareja para esta edición, dado que su antiguo compañero, Juan, no podría acudir a la cita. Me comentó que sus grandes bazas estaban cayendo una a una y que ya quedaban muy pocas, insinuándome al mismo tiempo si aceptaba compartir dorsal con él el próximo domingo. Tengo que reconocer que me gustan este tipo de retos y no soy de los que suelen decir que no, así que ni me lo pensé.

Desde luego que no atravieso un buen estado de forma. Con exactamente diecisiete días de bici en las piernas en lo que va de año, no me enfrentaba a un recorrido así desde la pasada edición de “Los 88”, aunque bajo circunstancias que diferían bastante a las de este año, y es que esto de llevar el número 1 impone bastante.

Dejándole claro en todo momento a mi compañero cuál era mi estado de forma actual y recalcando la imposibilidad de luchar por los primeros puestos, acepté la proposición de participar el domingo, si es que a última hora no aparecía “uno de los buenos”. Y es que reconozco que me atrae más competir con un compañero superior a mí y tener que exprimirme al máximo que lo contrario.

El domingo por la mañana aparecimos en la línea de salida más de 200 parejas. Para mí pocas caras eran conocidas, pero Pablo ya me advierte que el nivel es alto, lo cual me sirve incluso de alivio. En la primera rampa del tramo neutralizado me digo a mí mismo: “qué estás haciendo aquí si no estás montando casi nada en bici…”, pero en la siguiente parada antes del pistoletazo de salida mi mentalidad cambia: “voy a disfrutar, y hacerlo lo mejor posible”.

Así que tras un peligroso tramo de asfalto nos adentramos en una pista que me lleva a un ritmo demasiado alto para mí. Sólo con visualizar en mi mente el recorrido que nos espera decido aflojar el ritmo, pese a que me quedo cortado del grupo cabecero. Mientras trago el polvo de los primeros corredores veo a Pablo, que marcha muy cómodo en cabeza, mirando para atrás un tanto resignado, comprendiendo inmediatamente que la situación de carrera es muy diferente a la del año pasado y que le va a tocar esperar…

Finalizadas las prisas típicas de los primeros compases y con la situación de carrera ya estabilizada me impongo el ritmo que a mí me conviene, sabedor de que si regulo, aprieto en los momentos clave y recupero tiempo en las bajadas, soy capaz de acabar por delante de gente más preparada que yo en estos momentos.



La primera parte de la subida al Puerto de La Morcuera voy muy cómodo (de no ser así mal íbamos…) pero la segunda mitad se me hace más larga de lo normal y empiezo a notar cierto vacío en el estómago. Se lo comento a Pablo, que me recomienda tomar uno de sus geles de glucosa que me había dado justo antes de salir. Pero a mí estas cosas no me convencen demasiado, prefiero coger algo sólido del avituallamiento, que da más sensación de alimento. Así que corono con la esperanza de comer algo y recuperar fuerzas y tiempo en la bajada. Pablo se adelanta y me coge unos trozos de plátano en el avituallamiento, que rápidamente ingiero. Pero la bajada no acaba de llegar, y unos toboganes en la parte alta de Morcuera no me dan muy buenas sensaciones.

Por fin llega la bajada, que Pablo y yo afrontamos a buen ritmo, superando a varias parejas. A pesar de ser un descenso prolongado a mí se me hace corto y me encuentro enseguida con las siguientes subidas, que me hacen comprender que el día va a ser largo para mí. Al rato se cumplen dos horas y media de carrera y se ponen en evidencia los pocos kilómetros que he realizado este año. La sensación de vacío aumenta pero yo no bajo el ritmo, gracias al apoyo de Pablo y con la esperanza de parar y reponer fuerzas en el próximo avituallamiento.

Así lo hacemos, pero al reanudar la marcha en un par de minutos observo para mi desgracia que el rápido llaneo del año pasado ha sido sustituido por unas nuevas subidas, algunas muy lentas, que bien podrían catalogarse como puerto, y más aún para mí en estos momentos. Entonces la sensación de vacío se ve sustituida por la de pesadez de estómago (qué ironía…), pero teniendo en cuenta que aún nos queda un último puerto yo casi la prefiero.

Estoy deseando que acabe la subida, para que en la bajada me dé tiempo a asimilar todo lo que he comido y desaparezca ese malestar. Comienza la bajada y ya me encuentro algo más cómodo. Bajamos a buen ritmo, pero aún así somos superados por un descerebrado que me saca literalmente del camino mientras negocio una peligrosa trialera. No sé muy bien cómo, consigo evitar lo que parecía inevitable, y a los pocos momentos nos encontramos al descerebrado apeado del camino víctima de un pinchazo. Normal.

Casi sin darnos cuenta ya estamos subiendo el tercer puerto del día, el Medio Celemín, y aunque no estoy ya para muchos trotes creo que mi ritmo empieza a mejorar mediada la subida, incluso supero a algunas parejas, lo cual me anima de aquí a meta. Tras coronar, comienzan unos interminables toboganes que hacen mucho daño si vas justo (Pablo en estos momentos va “silbando”…), en los que conseguimos adelantar a un par de parejas, justo antes de emprender un prolongado y técnico descenso hacia la meta.

Sabedor de que al final nos espera una dura rampa justo antes de entrar en meta, nos tiramos hacia abajo a toda velocidad, con el fin de distanciar a los adelantados y, por qué no, acercarnos a alguna pareja si es posible. Pero tras más de cuatro horas y media de carrera las distancias son insalvables y no hay posibilidad de variar nuestra posición.

Al final, después ir siempre sin sensaciones y toda la segunda mitad de la carrera sin piernas, y a base de sufrir más de la cuenta y limar tiempo en las bajadas, conseguimos finalizar en décimo cuarta posición, muy por debajo de las posibilidades de Pablo, pero es un puesto que para mí supone una gran satisfacción en estos momentos.

Me gustaría despedirme dando las gracias a mi amigo Pablo por haberme brindado la oportunidad de compartir el dorsal número 1 con él y por los constantes gritos de ánimos durante toda la carrera, que consiguieron sacar lo mejor de mí en esta prueba. También salgo con la lección bien aprendida de que no puedo (o no debo…) meterme en estos “marrones” teniendo en cuenta lo poco que he montado en bici este año, así que si mis obligaciones me lo permiten, intentaré prepararme algo más el próximo año, para que este palizón se convierta en una simple palicilla.

lunes, 8 de octubre de 2007

Los 88 por parejas:

Los 88 por parejas es una carrera especial, el formato y la organización la convierten en una cita ineludible desde hace un par de años. El único inconveniente son las fechas en las que se celebran. Estamos en octubre y algunos, entre los que me incluyo, llevamos muchos meses de carreras y estamos pensando ya en la pretemporada. Sin embargo un último esfuerzo merece la pena.

El primer inconveniente de este año ha sido encontrar acompañante. La retirada de Juan ha dejado un vacío imposible de llenar en momentos como este. Por suerte conozco a bastante gente distribuida por toda la geografía nacional especializada en maratón y a los que no les asustaría lucir el dorsal 1 en esta cita. Sin embargo, por unas cosas o por otras los candidatos se iban cayendo. Unos llevaban un mes parados, otros tenían fiestas en el pueblo, trabajo, compromisos familiares, etc.

Al final se apuntó conmigo mi amigo Marcial Colomo, compañero de fatigas desde hace años y que atesora una gran clase como deportista en general y, si se pone unos días, como ciclista en particular.

El año pasado nosotros partíamos con la ventaja de tener experiencia en carreras por parejas, en los caminos se vio clara la falta de equilibrio de muchos equipos. Este año la gente partía con la lección aprendida, a primera vista había parejas mas compensadas.

Llegamos a por los dorsales con el tiempo justo, lo curioso que le había pasado a mas gente y se habían formado unas colas importantes. No tenemos casi tiempo ni de comentar las impresiones previas con los compañeros, cuando nos queremos dar cuenta ya se ha formado la parrilla y tenemos que apañarnos para no salir atrás.

El tramo neutralizado nos deja las piernas como piedras, menudo repecho de entrada que nos tenían preparado, para dar una segunda salida con otro tramo neutralizado bastante peligroso por la carretera de Miraflores hacia Soto.

La entrada en la pista deja un pelotón numeroso en cabeza pero ya cortado, no se va muy rápido y yo voy cómodo en cabeza. Tengo tiempo de ver a mis rivales y de analizar la situación. Sin embargo, la situación no era la mejor, Marcial no había pasado en este grupo y se había quedado cortado, luchaba solo en tierra de nadie. Habíamos planteado salir a su ritmo y luego intentar recuperar el mayor número de posiciones posibles, así que le espero y rodamos juntos hacia las primeras rampas de Morcuera.

El grupo se rompe y quedan corredores desperdigados por todo el camino. Nuestro ritmo no es malo, vamos más o menos con el mismo grupo toda la subida. Yo conozco esta zona bastante bien y voy regulando a Marcial todo lo que puedo, le aprieto cuando sé que llega algún descanso, le animo cuando empieza a flojear, la verdad es que va subiendo al límite de sus posibilidades en estos momentos.


Yo no voy cómodo, he descuidado bastante la preparación para esta carrera al no tener garantizada mi presencia con un compañero para disputar, pero aún así voy mas fuerte que la gente de mi entorno en estos momentos, salvando algún corredor que va igualmente ‘achuchando’ a su pareja.

Tras las rampas mas duras llega un descanso en el que Marcial me pregunta insistentemente por lo que queda hasta el asfalto. Me dice que tiene el estomago vacío, yo le intento convencer que se trata solo de una sensación, que habiendo desayunado bien y con el esfuerzo que estaba haciendo no podía tener sensación de hambre. En cualquier caso acordamos que me adelante a coger algo de comer en el primer avituallamiento.

En el tramo de asfalto que tantas veces hemos subido todos los aficionados a la bicicleta de Madrid, Marcial va justito, le cuesta mantener el ritmo de la gente que nos había acompañado toda la subida. Yo me adelanto esperando el avituallamiento en la cima, pero no lo veo donde se situaba el año pasado, así que decido esperar a mi compañero.

Nos lanzamos hacia abajo a gran velocidad, al volver a la pista vemos por fin la comida, Marcial sigue mientras yo lleno los bolsillos con algún trozo de plátano. Le cojo pronto en cuanto la pista se vuelve cuesta arriba y, como era tendida, le digo que vaya comiendo que en la bajada será peor. No deja nada, dando muestras de que realmente debía ir con hambre.

Hacemos una bajada rápida pero sin asumir riesgos excesivos, la verdad es que resulta divertida, Marcial lleva una doble y su ritmo de bajada es bastante bueno, yo tengo asumido que en carrera no se puede perder tiempo bajando, alguna carrera he perdido por ello, así que he entrenado lo suficiente este aspecto como para resultar competitivo.

El tramo de subida después del río me deja claro que tenemos que modificar nuestro planteamiento inicial. No será posible recuperar muchos puestos ya que Marcial va a su marcheta y no le queda como para apretar mucho mas, incluso tendrá dificultades para llanear a mi rueda. Le animo todo lo que puedo mientras converso con los conocidos con los que coincidimos.

Marcial se asusta cuando ve que el recorrido con respecto al año anterior ha cambiado, en lugar de llanear unos cuantos kms nos encontramos subiendo un nuevo puerto, tendido, pero un puerto al fin y al cabo. Nuestro ritmo es bueno pero no sabemos como irá la cosa al final de seguir así. Intento motivar a mi compañero diciéndole que en el avituallamiento paramos y puede coger todo lo que quiera, lo cual parece ser bien recibido por su parte.

Menuda forma de comer, yo con mis geles tengo bastante en una carrera y el esfuerzo bloquea la sensación de hambre en el estomago, pero Marcial se dedica a comer de forma compulsiva. Cuando reanudamos la marcha me dice que va pesado del estomago, normal. En este tramo es cuando parece ir incomodo de verdad. Pasamos por una zona preciosa, con senderos, pista, descensos… un poco de todo para disfrutar si se va cómodo.

Vivimos un momento de tensión cuando nos adelanta otro participante descontrolado en un descenso, roba al trazada de mi compañero y, no contento con eso, mete el codo para asegurarse el espacio. Marcial controla la bici como buenamente puede, los dos alucinamos con la actitud de este participante, al menos su compañero se disculpa en su nombre.

Empiezan las primeras rampas del último puerto, en el control me preguntan una vez mas por que no estoy disputando este año la victoria. Marcial lleva mala cara. Yo creo que va un poco asustado de lo que queda, pero tirando de clase avanza a un ritmo bastante bueno. Le voy intentando motivar constantemente, contándole lo que queda, animándole en los pocos descansos de esta subida. Adelantamos a gente con problemas mecánicos y físicos, pero no somos capaces de recuperar posiciones en igualdad de condiciones.

Recuerdo que tras coronar el año pasado metimos el plato grande y apenas lo quitamos en un par de sitios, era un ‘llaneo’ con algún repecho, pero estos repechos pueden hacerse duros si se va vacío. Intento que Marcial se acople a mi rueda y poner un ritmo de ‘final de maratón’, lo malo para mi compañero es que yo cada vez me encuentro mas fuerte y a estas alturas tengo fuerza suficiente como para no notar los repechos en exceso y se queda en cuanto la cosa se inclina.

Vemos a una buena pareja de foromtb romper la cadena por segunda vez en pocos kms, incluso cazamos a una pareja de murcianos que estaba en nuestro punto de mira desde antes del Medio Celemín y, por fin, la bajada de verdad. Allí si que disfruta mi compañero, yo hago lo propio y oímos algún grito de admiración de un par de espectadores al abordar una zona trialera con cierta complicación.

Tras cruzar el río queda la ultima subida, que acaba en una zona de empedrado que puede parecer el Tourmalet de ir fastidiado. Marcial me dice que no le gustaría llegar al sprint con nadie, a mi sí…


4 Horas y 53 minutos y el puesto 14 de la general, nada mal para como venía mi compañero, que se ha portado como un jabato y ha dado muestras de su clase de sobra, yendo al límite en todo momento y aguantando la pájara como el mejor.

En meta nos esperaba una última sorpresa: amigos (Gon y Olga) y familiares (mi padre, mi hermana Marta y Sergio) esperando a que repitiésemos la gesta del año pasado. No ha podido ser, pero como dice el gran ausente del día: ‘tu tranquilo, esa carrera ya la hemos ganado…’

Por cierto, se acabó la temporada!!!

Fotos obtenidas de la página del Club Mammoth

jueves, 4 de octubre de 2007

Alhama de Murcia:

La temporada está prácticamente terminada, sin embargo hay multitud de maratones por toda la geografía española. Decido apuntarme a una del Open de Murcia, ya que nunca he corrido en la zona, y de paso desconectar de la ciudad el fin de semana.


La carrera parece dura, cosa que me confirma algún amigo que la conoce, y yo ya no estoy para mucha ‘juerga’, bueno, quizá el problema sea que ya estoy demasiado de juerga…

Desde luego que no voy en las mejores condiciones, pero yo, como siempre quiero hacerlo lo mejor posible.

Salida neutralizada por el pueblo, en la que no resulta difícil mantener las posiciones. Nos paran en un cruce de calles y a los pocos minutos se da la salida oficial. Vamos rodando en un pelotón numeroso los primeros kms, cuando empiezan las rampas la cosa se estira pero no llega a romperse, solo lo hace en un fuerte repecho que nos deja tocados, claro que al poco volvemos a reagruparnos.

Cuando empieza la primera subida seria yo ya estoy fuera de las primeras plazas, así que marco mi ritmo para no pasarlo excesivamente mal. Me sorprende muy positivamente la zona, no esperaba una sierra tan bonita en Murcia, la idea que pudiera tener se asemejaba mas con un desierto. Según me habían dicho esta carrera era casi todo pista, pero lo cierto es que los últimos km de esta subida son por un sendero en zigzag precioso, luego llegaría una zona de falsos llanos también en sendero ancho que me encantaron.

Empiezo a recuperar posiciones y mi ritmo no es malo. En la segunda subida dura del día ya voy a mas, cazando gente hasta que me acomodo en un grupo al que le he debido recortar algún minuto desde el inicio del ascenso. Al coronar nos lanzamos por una zona de toboganes, con algún tramo de asfalto, apretando un poco, tanto que ni veo a María cuando paso por donde estaba…(gracias por estar ahí)


Paro en un avituallamiento para llenar el bidón antes de la subida mas dura, son unos 8km de pista mayoritariamente recta que se hace muy pestosa. Pierdo pronto la rueda de mis compañeros, si bien uno de ellos se queda toda la subida a unos 100m de mi y le remataré al coronar. Lo paso mal pero sin sufrir en exceso. Aun me queda tiempo para superar a algún competidor. Al coronar nos encontramos un avituallamiento, nos meten unas barritas en el maillot y nos dicen que queda una larga bajada para que podamos comer.

Esa larga bajada se interrumpe por un repecho que se hace duro cuando los músculos empezaban a enfriarse. El resto del descenso es bonito, pero no lo disfruto demasiado, ya que llevo las piernas algo castigadas. Al llegar abajo iniciamos una zona con algún repecho corto, en ese momento me empiezan a dar fuertes calambres en las piernas una vez mas este año (ya no voy a decir que nunca me pasaba). El dolor es insoportable, al fondo veo un grupo de unos 7 corredores pero ni me planteo darles caza, apenas puedo pedalear.


Llegamos a un fuerte repecho con una zona de hormigón, se me pasa por la cabeza desmontar, pero me mantengo en la bici hasta que no puedo hacer mas fuerza por el dolor. Ando unos metros y pronto vuelvo a estar sobre la bici. Alcanzo un fuerte repecho con arena y piedras sueltas, en él están unos chavales animando a todo el que pasa, así que me esfuerzo por hacerlo montado. Recibo la ayuda de uno de ellos en forma de empujón mientras me cuenta lo que queda.

Tras un reparador tramo de asfalto hacia abajo iniciamos una bonita subida por sendero en el desvío de la marcha corta. Al rato veo a María con la cámara de fotos, me llevo una grata sorpresa, ya que llevaba un rato pensando que estaría muerta de asco en Alhama, y me sube un poco la moral para afrontar los últimos repechos de la jornada.

Tras un largo descenso con algún repecho ‘rompedor’ estratégicamente colocado, llegamos a las inmediaciones de Alhama a tiempo para cumplir mi objetivo de bajar de las 5h. Lo doy todo en los falsos llanos para llegar a meta en 8ª posición senior, claro que debía haber bastantes master delante…

Feo detalle el de limitar la comida final a lo corredores, para una vez que voy con acompañante no podemos disfrutar del postcarrera.

De vuelta a Murcia a descansar y el domingo comida en Elche con Juanito Simon, al cual echo mucho de menos en las carreras y mas en estas fechas tan próximas a los 88 por parejas.

Fotos de María Hernandez
Villanueva de los infantes:

Llevo un par de semanas trabajando en Burgos y mis planes incluían ir a correr a Vitoria para rematar el Circuito Orbea. Tras la desilusión que me supuso la suspensión de esa última carrera, me planteo ir improvisadamente a Villanueva de los Infantes a correr la maratón que se hace allí desde hace unos años y de la que guardo buen recuerdo.

Cuando llego a Villanueva me encuentro con que el hotel en el que estuve el año pasado esta completo, se hace tarde, he comido y cenado inapropiadamente y no tengo donde dormir. Busco un sitio en los pueblos cercanos, hasta que encuentro a media hora de allí un hotel donde pasar la noche. La cosa no empezaba bien.

Debido al cambio de planes tampoco llevo conmigo nada para desayunar, así que tengo que improvisar entre una gasolinera y un bar del pueblo, empiezo a pensar en que debo llevar las reservas al limite… vacías.

No se cumple el horario de salida, lo cual puede pasar factura al final de la prueba, ya que transcurre demasiado tiempo desde el desayuno, pero dadas las circunstancias, ésta será la menor de mis preocupaciones.

En el tramo neutralizado perdemos a la moto que abre y nos encontramos perdidos por las calles del pueblo, algún corredor conocedor de la localidad nos indica mas o menos por donde debemos ir, hasta que llegamos a un cruce donde nos están esperando para dar la salida oficial.

De salida un buen repecho que estira el pelotón hasta que se rompe, me veo con los cocos (Trujillo, Castilla, Mantecon, Isidoro Perez…) de la carrera relativamente cómodo, pero no por mucho tiempo. La primera parte es un continuo sube y baja que me pone las pulsaciones a mil, hay mucha calidad entre los competidores y se nota en el fuerte ritmo impuesto desde el principio. Pronto desisto de aguantar en el grupo y decido esperar a compañías mas cómodas.

Cuando me asiento en un grupo empiezo a tener un fuerte dolor de tripa que me limita las fuerzas, en un repecho un poco largo sufro para aguantar y estoy a punto de devolver lo poco que he comido. En ese momento pienso que no tengo opciones de hacer una carrera disputando a tope y que será mejor tomarme la jornada como un entrenamiento.

En un fuerte repecho tenemos que echar pie a tierra y me doy cuenta de que, pese a mis problemas físicos y a no estar forzando, las diferencias con la gente que me precede son escasas, así que me animo un poco al coronar y salto de grupo. En una zona de sendero me encuentro muy cómodo y recupero las sensaciones de competición. Sin embargo, será una corta ilusión, puesto que no llego a contactar con el grupo que en el que debería ir y la cabeza no funciona como otros días.

Paso bastantes kms con otro corredor que me lleva a un ritmo cómodo, pero me empieza a doler preocupantemente la espalda. El terreno tiene bastantes piedras sueltas, lo que castiga espalda, cuello y brazos, pero me duele mas de lo que debería, será la acumulación de la semana.

En un repecho dejo a mi compañero y empiezo a coger a otros dos corredores. Al coronar veo a pocos segundos a un grupo numeroso, me propongo darles alcance. Aprieto en un largo llano y consigo llegar al grupo, justo cuando llega un fuerte repecho. Casi todo el mundo ‘patea’, pero yo aguanto sobre la bici y supero a unos cuantos corredores, al coronar me faltan las fuerzas, ya que casi no he comido, así que no consigo meterme en el grupo mas fuerte, pero sufro a rueda de otro corredor que me lleva realmente rápido dejando atrás a muchos compañeros.

Parece que vamos enfilados al pueblo, pero un giro inesperado del camino hace aflorar ciertas dudas. Sin mucho aviso llega un fuerte repecho por pista que nos deja clavados. A mi no me queda nada, voy realmente ‘tieso’, así que tengo que dejar a mi compañero marchar y subir como buenamente puedo. De nuevo el llano. Lo estoy pasando mal y veo al fondo a mis rivales que se alejan, quedándome, casi seguro, definitivamente fuera de los 10 primeros…

Cuando faltan unos 4km, según la señalización de la organización, echo un vistazo a mi espalda y veo que se acerca un corredor, el puesto ya me da igual, así que decido esperarle. Cuando me alcanza, resulta que es un conocido de las carreras de la zona centro, Juanma, con el que luego charlaría en la comida largo y tendido. Se pone a tirar y le veo nervioso porque le vaya a atacar, le digo que no se preocupe, que no le voy a esprintar.

El ‘paseo’ por el pueblo se hace pesado, pero por fin cruzamos la meta juntos en los puestos 12 y 13 de la general. Lo curioso de esta carrera es que con estos puestos, Juanma se queda sin podium en M-30 y yo hago recibo un trofeo como 3º senior, ya que los 5 primeros no cuentan para esa clasificación.

Balance positivo: entrenamiento, buena compañía y conversación, comida agradable y un trofeo; luego de vuelta a Madrid.
Vitoria:

Estoy en Burgos, llevo toda la semana con la bici en el coche y recibo una llamada: La carrera se suspende, el cambio de fechas ha hecho estragos y apentas hay 20 inscritos. Supongo que para correr así mejor dejarlo,no?

lunes, 3 de septiembre de 2007

Cto. de Madrid de Bikemaratón

Rompepiernas:

Estamos ya en septiembre, el verano se ha pasado volando, y eso que apenas he tenido vacaciones, al día siguiente de la Transalp me fui a trabajar fuera de casa y sólo volví el fin de semana para hacer la tradicional ruta nocturna por la Pedriza. Luego pude disfrutar de unos días tranquilo en la playa y desde el 6 de agosto he trabajado a un ritmo casi normal.

Al pasar un objetivo como la Transalp se produce un vacío de motivación que es difícil de llenar. Es cierto que se vuelve con un estado de forma envidiable, por lo menos una vez que el cuerpo se recupera, pero resulta complicado mantener las ganas de competición.

A mi me quedaba temporada por delante: el Cto de Madrid de Maratòn en casa, la final del Cirucuito Orbea y puede que los 88 por parejas; pero reconozco que no tenía ganas. No voy a decir cuanto he entrenado este verano porque la gente no se lo creería, pero puedo asegurar que poco, de verdad.

Dos semanas antes del Cto quedé con unos amigos a dar una vuelta por la zona, yo fui el que insistí en quedarnos en casa en lugar de ir a la sierra ya que hacía un par de meses que no salgo por los senderos del rompepiernas. Mis sensaciones son malas y pienso que en ese estado es mejor ni participar, pero también se me ocurre que con unos días de bici podría recuperar cierto 'puntito' ya que tengo volumen acumulado de mi paso por los Alpes.

En los días previos recibo la gran noticia de que mis amigos del Ederra aceptan mi invitación para venir a conocer esta carrera, esto no deja de ser un poco mas de motivación. Los días pasan y las sensaciones mejoran, quizá pueda hacer una carrera digna.

Mi pobre amigo Nacho se pierde la cita por una inesperada lesión, sin embargo será un gran apoyo como 'cheerleader', desde aquí le deseo una pronta recuperación.

Ya conozco esta carrera, todos los años pasa algo, la gente se pierde, se cabrea, dice que no vuelve... y a mi particularmente se me han roto varias cadenas y he pinchado en otras ocasiones. Pero estos pensamientos ya no están en mi cabeza, me he 'calentado' y voy a hacerlo lo mejor que pueda.

Llega el momento...

Salida neutralizada en la que resulta fácil mantenerse delante evitando problemas derivados del transito de un pelotón por calles estrechas. Me paro al lado de Ivan Alvarez y me comenta que por fin ha podido irse a vivir a la casa que se compró, me alegro mucho por él, se lo merece porque es muy buen chaval.

Pensaba que montarían una parrilla por categorías, pero la salida se da sin pasar por este trámite. Vamos bajando, tira Mantecón, Ivan a rueda y yo a la suya. En los primeros repechos pienso que es una locura estar ahí y aflojo, para coger la estela de Adrada una vez éste me alcanza.

No me gusta nada la salida de esta carrera, no es propia de una maratón, parece una carrera de rally de una hora. Yo tardo en entrar en calor, así que soy consciente de que ir a ese ritmo es una locura, pero también pienso que mientras aguante será terreno que vaya ganando a mis verdaderos rivales, total, llegará un momento en el que tendré que regular y poner mi marcheta maratoniana.

Ese momento llega relativamente pronto. Noto la ausencia de entrenamiento propiamente dicho y tengo que regular cuando la cosa se pone realmente cuesta arriba. Me pasan varios grupitos y me adapto al ritmo en el que marcha Calvente entre otros (creo que cada vez conozco a menos gente de las carreras de Madrid).

Al paso del río tras la depuradora todos desmontan, la tabla para pasar el siguiente cauce también provoca el pateo de mis compañeros, yo paso montado, ventajas de conocer 'un poco' la zona.

Giro brusco a la izquierda y a 'patear', me coge José Antonio Calvo que me empieza a preguntar por el trabajo... eres un crack!; y mira que a mi también me gusta dar conversación cuando vamos altos de pulsaciones... Le cuento lo que buenamente puedo y quedo con él en hablar tranquilamente en la meta. Me dice que le voy a tener que esperar en cuanto arranque mi motor diesel, ojalá sea así.

En ese momento se me suben los dos gemelos hasta las rodillas, cuando vuelvo a montar en la bici apenas puedo pedalear. Me resulta extraño que me suceda algo así dos veces tan seguidas (la anterior en los Alpes), de verdad que no solía pasarme.

El siguiente tramo empiezo a pasarlo mal. Me coge Jon, alias 'Matiku' camino del podium, esta hecho un chaval, si se cuidara un poco mas daría más de un susto. En el breve descenso trato de centrar mis ideas y parece que los calambres remiten.

En el repecho de la gasolinera me exprimo un poco, sé que Nacho andará por ahí y hay que aparentar, bueno, realmente no, pero es una buena excusa para llegar a las 190 pulsaciones. Supero a mi amigo del Ederra y nos vamos hacia la zona mas bonita de esta carrera, es decir, del otro lado de la carretera de Hoyo a Colmenar. Le digo a 'Matiku' que la carrera empieza en ese punto, yo mismo me lo creo y pongo el turbo.

Me tomo mi primer gel del día antes de empezar la zona de la parte alta del pueblo. Allí remonto posiciones por fin, ya había caído hacia la 25. Subo montado todas las zonas complicadas en las que mis acompañantes desmontan, lo dicho, alguna ventaja tiene que tener vivir cerca.

Una vez pasada la zona mas dura meto plato y me lanzo a por el llaneo y las dos o tres bajadas de esta zona, soy consciente de que aquí soy bastante rápido y puedo ganar posiciones. Se me empieza a chupar la cadena pero no me preocupa por ahora, aunque el asunto no me gusta.

Cuando cogemos la pista pegada al pueblo, donde hay que pedalear ya en serio, la cadena no me deja, ni el plato grande ni el mediano. En ese momento me encuentro a Nuria, la mujer de Iñigo que me da un bidón y aprovecho para parar y ver que pasa con la cadena ya que parece un eslabón que pudiera estar tocado.

El plato grande esta doblado, le he debido dar con una piedra pero ni me he enterado. La cadena se engancha con el plato mediano tanto si va en el grande como en aquel, así no se puede seguir...

Sin pensarlo miro a mi alrededor, veo una piedra medio enterrada y le doy varios golpes a la zona doblada del plato. Me pasan algunos corredores, entre los que se encuentra Galan, al que me alegra ver recuperado de sus problemas de rodilla.

Matiku me ofrece su bici, ni me lo planteo, al dar dos pedaladas compruebo que mi solución de emergencia ha sido efectiva. Arranco el motor y me pongo a mil por hora, en ese repecho pierdo definitivamente a mi amigo de vista. Paso por el avituallamiento en el que anima Nacho una vez más, pese a ir con muletas se ha dado un buen paseo; vuelo a través de Hoyo y la zona baja del pueblo. Aquí pinché y rompí la cadena el año pasado con un estado de forma bastante mejor que el de este año.

Paso cierto miedo en una zona de alta vegetación y nada de sendero, y eso que pasé por allí hace unos días. Me encamino a una subida desgarrada, una de las escasas novedades del recorrido de esta edición.

El otro día subí montado, pero hoy me impide el paso Valhondo que tiene dificultades para respirar. Me dice que ha pinchado, pero va realmente mal, así que pronto le dejo y me lanzo a recuperar mi posición.

Este año el circuito parece mucho mejor marcado, pero llegamos a la zona conflictiva del día. No quiero ponerme trascendental, pero es cierto que en las carreras, como en todo, la suerte juega un importante papel y no tenemos ningún control sobre ella. Este es un momento en el que tengo que decir que tuve suerte. Otros se perdieron en esta zona y no volvieron a enderezar el rumbo, yo mismo me había saltado el cruce bueno, pero en dirección contraria subía un grupo con Galan y Calvo entre ellos. Yo apenas perdí unos metros, y me vi en la grupeta en la que iba antes de mi problema de gemelos y de plato. Lo dicho, mucha suerte.

Me acoplo con ellos y voy muy cómodo, empieza a funcionar bien mi motor diesel cuando falta lo mas duro. Tomo otro gel, no debemos descuidar la alimentación porque a partir de aquí las fuerzas irán justas, ahí es donde yo mejor me desenvuelvo.

Conozco la bajada perfectamente así que tomo la primera posición del grupo. No fuerzo en exceso pero llego al pie de la siguiente subida ( en la falda del Canto del Pico) con unos cuantos segundos sobre mis perseguidores. Me dejo coger, Jose Calvo y otro compañero que al rato me pregunta por mi categoría 'yo, elite, ¿y tú`?', me dice que es master y me relaja relativamente, para mi todos son rivales.

Bajamos a la Berzosa, yo con plato mediano, pero no me lo hacen pasar muy mal. El sendero hacia el río resulta divertido y empieza lo bueno. Llevamos unos 40 km por un duro terreno, pero lo que queda es complicado. El master que no conozco empieza fuerte, Jose se queda.

Pasamos por el avituallamiento sin mirar a las niñas que se esconden del sol, e iniciamos una bonita zona por debajo de la linea de alta tensión. Le digo que queda mucho, pero no sé si no me cree o realmente va fuerte, yo ya voy a mas, a partir de ahora sólo voy a mirar hacia delante y a ganar posiciones, como en los buenos días.

En la zona dura le dejo fácil, no necesito ni coger aire en el descansito e inicio la segunda zona dura con energía, el motor funciona. Noto el sol en el cogote, hoy no me molesta, voy a mas. Recibo la inestimable ayuda de un espectador y los gritos de animo '¡¡que remontada, que remontada!!'; entonces pienso en cuanta gente se ha podido perder, me animo, aunque ya lo estaba.

La bajada está peor que nunca, no arriesgo nada, aquí, a estas alturas tengo mucho que perder y poco que ganar. Inicio la última subida como una moto, voy bien pese a la paliza y al fondo diviso a un competidor, 'es mío' pienso. Le doy alcance en la dura trialera que lleva al depósito, cual es mi sorpresa al ver que es Carrion (¿no fue Campeón de Madrid de Rally?' no sé si va tieso o desmotivado, pero en cualquier caso le paso y veo como se queda a charlar con el hijo de Bustillo.

Vuelvo a pasar por el avituallamiento, Nacho sigue allí y me anima con efusividad. Ya puedo dar todo lo que me queda de aquí a meta.

Ni intento subir las últimas trialeras, las mismas donde empecé a sentirme bien hace un rato cuando las transitábamos en sentido contrario; no tiene sentido arriesgarme a romper una cadena que ha sufrido mucho por la sequedad y el polvo; las piernas tampoco van para mucha fiesta.

El último descenso sabe a gloria y entro en meta contrariado, el tiempo no ha sido muy bueno, algo peor que el año pasado, pero éste no he tenido todos los problemas de entonces, pero pronto me animo cuando me dicen que he sido 10º, 6º élite y, por fin, 3º de Madrid elite.

Iñigo fue 4º absoluto y Matiku subió, por primera vez en su vida, a los 37 años, al podium como 2º Master 30. La celebración fue memorable, aunque hubiéramos celebrado cualquier otra cosa en caso contrario.

Ahora a trabajar a Burgos y a Vitoria desde allí, la final del Orbea espera, el año puede acabar bien y todo.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Día 8:

Por fin la última etapa!!

Edu amanece con dolor de garganta, me dice que no va a forzar, que no esta bien y que va a salir solo porque es el último día. Bueno, a ver si podemos ir juntos al menos.

La última etapa de la Transalp no es como la del Tour, de paseo, aquí se mete caña hasta el último día, de hecho, se juegan muchas cosas en esta jornada.

Nos colamos en un box de salida que creemos ser el B, sin embargo luego nos daríamos cuenta de que era el C, supongo que nos lo merecemos.

De salida bajamos un poco y enseguida comenzamos a subir por una pista, marco el ritmo y Edu me sigue sin problemas, pese a no poder ni hablar del dolor de garganta. Pasamos a mucha gente, pero cuando llegamos a la primera bajada nos encontramos con un atasco propio de Madrid en hora punta. No había forma de moverse, estuvimos literalmente parados durante algunos minutos.


La bajada preciosa, técnica y machaca brazos. Bajo un buen tramo detrás de una chica que va bastante fuerte, hasta que los brazos no le dan mas de sí y empieza a cometer errores que acaban con ella en la cuneta, aún así me estaba sorprendiendo su habilidad.

El avituallamiento esta abajo del todo, hoy soy yo el que espera a Edu, lo hago durante varios minutos, incluso empiezo a temer que le hubiera pasado algo.

Reanudamos la marcha y nos metemos por una zona que parecía un circuito de rally, entre fincas y con repechos cortos y rompepiernas. Abandonamos esta zona hacia un gran valle en el que la temperatura sube por momentos. Llaneamos alegres pero reservando fuerzas para la última ascensión.

No sé que temperatura podía hacer, pero desde luego que la sensación térmica era agobiante.

Comenzamos el puerto por carretera ancha y con el sol pegando en la nuca, que calor! Edu marca un buen ritmo al que me acoplo no sin sufrimiento, pero la motivación de ir juntos es suficiente fuente de energía. Pasamos un pueblo y la carretera se estrecha, se empina y empeora. Edu marcha unos metros por delante pero ya no puedo seguir a ese ritmo.

Me quedo solo, pero pienso que por un día no será por mucho tiempo.

En una zona con abundante vegetación la carretera pica de verdad, ya no puedo mas y al ver a un compañero 'pateando' decido hacer lo mismo. Probablemente no fuera una zona tan dura, pero la cabeza puede mucho, para lo bueno y para lo malo.

Abandonamos el asfalto y aun quedan unos cuantos kms de subida por pista hasta llegar al avituallamiento. Cuando llego me sorprende no ver a Edu, pero no le doy mayor importancia y sigo solo hacia el último descenso.

La bajada es increíble y pronto cazo a Edu, remontamos posiciones juntos una vez mas. A mitad nos encontramos a los catalanes, me piden un tronchacadenas porque Jordi ha roto y baja literalmente sin cadena. Adelanto al grupo y pongo un buen ritmo de descenso que solo puede seguir, precisamente...Jordi!! Increíbles adelantamientos por el exterior e interior que hicimos a algún corredor los dos y aún mas increíble su técnica para salir de las curvas sacando el pie para darse impulso.

La bajada se acaba y llegamos a una carretera, 'feo final para esta carrera' pienso.

Tengo que pedir perdón por no quedarme para ayudar a Jordi a terminar sin la cadena, la verdad que se me pasó por la cabeza, pero en cuanto Edu se puso a tirar como un poseso ya sólo quería llegar.

Cruzamos la meta juntos por 2ª vez en toda la semana, algo de lo que se hizo eco el speaker de la carrera, y por fin:OBJETIVO CUMPLIDO.

Ha sido una semana dura, lo he pasado mal, también he disfrutado en algunos momentos, pero a quien me pregunte a partir de ahora por esta carrera le diré que no muy bien. Como muestra valga fijarse en que no he hablado de puestos en ningún momento, se trata de una carrera y yo venía a disputar, pero no ha podido ser. Sin embargo, también tengo que decir que he acabado mucho mejor de salud que el año pasado, que aún me quedan ganas de bici para este año y que no sé si volveré a los Alpes en este plan el año que viene, pero que no lo veo imposible.

Fotos de la página oficial de la Transalp

Tengo que agradecer a todo el mundo que me ha ayudado en esta carrera su aportación al proyecto, en especial a los padres de Edu, sin ellos no habríamos disfrutado de muchas comodidades que hemos tenido.

Igualmente agradecer la preocupación y el apoyo recibido por todos durante estos duros días.

Por cierto, hay un día 8'... no estuvo mal la fiesta en Riba di Garda, ¿a qué no compañeros?
Día 7:

103,27Km, 3080m de desnivel positivo y los primeros 80Km por asfalto. Estos son los datos de la penúltima etapa de la Transalp 2007. Efectivamente, los primeros 80km eran por asfalto, y esto, para una carrera de mountainbike no deja de ser curioso. A mi no me motivaba especialmente el día.

Sin embargo, voy a más en la carrera, me encuentro mejor y los ánimos son, en general, buenos. Mi copañero Edu le tenía ganas a esta etapa desde el principio, para alguien acostumbrado a correr en carretera y que lo pasa mal cuando los descensos se complican, una etapa así es mas que apetecible.

Volvemos a colarnos en el box B, la salida tiene pinta de ser una locura. Los primeros 18km por el típico carril bici de la zona, revirado, con repechos pero picando claramente hacia abajo.

Lo mejor fue quitarnos estos kms en menos de media hora; lo peor, no hay mas que calcular la media para hacerse una idea.

Llegamos lanzados al pie del puerto, la carretera es ancha, no se aprecia el desnivel, pero cuando me quiero dar cuenta vamos subiendo a 30km/h con el plato grande metido, quedan 15km hasta la cima...

Alcanzo a las Klose, que a estas alturas se han convertido en una buena referencia, una de ellas va sufriendo, la otra aguanta el plato grande; pienso en quedarme con ellas pero voy con fuerza así que decido progresar. Una vez adoptado al ritmo de escalada voy pasando kms sin darme mucha cuenta. El asfalto es bueno y aun es temprano y no pega mucho el sol, además hay abundantes sombras que hacen mas llevadera la ascensión.

Con dos terceras partes del puerto en las piernas llegamos a una serie de rampas con desniveles por encima de la media. Aun no sufro en exceso, por lo menos para lo que estoy acostumbrado, pero no estoy muy seguro de aguantar a ese ritmo. Miro atrás en busca de referencias conocidas. En una sucesión de curvas de herradura diviso a los cuatro 'Ederras' unos 500m por detrás y pienso que me gustaría aguantar por delante suyo por un día (tonterías de las carreras), así que me esfuerzo un punto mas y me adapto al ritmo de otro corredor que parece ir solo.

En esta ascensión presencio la encarnizada batalla de las féminas por la etapa y la general. Las hermanas alemanas iban sufriendo desde abajo del puerto, así que una pareja de canadienses les atacaron con toda su fuerza. Las canadienses son una pareja compuesta por una chica enorme y potente y otra pequeña y muy correosa. Yo ni me planteo seguir el ritmo impuesto por ellas, me parece excesivo.

Tras coronar nos lanzamos por una buena carretera en busca de un nuevo valle. Cogemos mucha velocidad, en algunos momentos se pasa miedo, y poco a poco vamos formando un grupo que será de gran ayuda para pasar los kms intermedios entre los dos puertos.

Tras varios kms de bajada nos encontramos con una tachuela que subo sin problemas, el pelotón en el que me había acoplado queda definitivamente definido, tirando del grupo van las chicas canadienses, en su empeño por recortar tiempo. Llaneamos a mil por hora y en un momento dado, a la entrada de un pueblo, me despisto con un coche que salia de una bocacalle y me quedo cortado, 'menuda tontería', pienso, me pongo a 180 pulsaciones para intentar contactar pero no hay manera. Intento aprovechar el rebufo de una furgoneta, pero pisa el acelerador y me quedo a escasos 20 mentros de la última rueda.

Persisto en mi intento durante un par de kms, pero cuando cogemos otro carril bici entra un fuerte viento de frente que termina por rematarme, me quedo solo a merced de los lobos, como se suele decir. En esta situación no me queda otra que esperar al siguiente grupo, que tarda bastante en llegar.

Con las piernas ya castigadas por un puerto de 15km y dos tramos de llaneos a mil por hora empezamos el último puerto. Los primeros kms tienen bastante desnivel y noto que no voy del todo bien. Pienso que tardaré en adaptarme al ritmo de ascensión después de tanto llaneo. Me pasa uno de los asturianos, que va solo como ayer, va como una moto y ni me planteo seguirle.

El sol pega de verdad, empiezo a pasarlo mal y voy buscando las sombras desesperadamente. A mitad de la dura ascensión me cogen los 4 Ederras una vez mas, van regulando y vigilandose unos a otros. Me acoplo a su rueda, ya que parece un buen ritmo y necesito una referencia así para no hundirme moralmente.

Avanzamos cómodos, y un momento dado Zigor le dice a Iñigo que le ve flojo o un comentario de este tipo, a buenas horas!. Iñigo mete un piñón e incrementa un puntito el ritmo, se va. Oscar aumenta la velocidad para coger a su compañero y ya queda definitivamente rota la armonía del grupo. No me siento capaz de irme con ellos, no sé si es física o mentalmente, pero no voy más. En ese momento me falta el puntito de motivación necesario para poner al cuerpo mas cerca aun del límite, pero yo definitivamente no lo tengo, total ¿qué me estoy jugando?

Lo empiezo a pasar realmente mal por el calor. La carretera se estrecha y se encajona en la montaña impidiendo que sople la mas mínima brisa. Me escuecen los brazos y me asusto al mirar que me están saliendo ampollas de las quemaduras del sol, pero no puedo hacer mucho, así que no queda otra que seguir hasta coronar.

El avituallamiento llega por fin y con él abandonamos el asfalto de una vez. No sé si será cierto, pero por lo visto algún equipo llevó slicks hasta este punto y cambió ruedas en este avituallamiento, esto no es propio de una carrera de mtb, la verdad.

Con la llegada de las piedras me animo, pero el terreno no es nada fácil y me cuesta seguir subiendo, aun quedan 30km. Nos metemos en una zona bonita, con senderos y entre bosque que alivia el calor. Dejo a un grupo, ruedo con fuerza y pienso en recuperar todas las posiciones que pueda de aquí a la meta.

En una zona de senderos me encuentro a 3 o 4 corredores de frente, nos habíamos perdido, adiós a mis buenas sensaciones. Me acoplo en un grupo en el que marchan las terceras chicas. El camino vuelve a picar y el terreno esta suelto, así que subimos todos como buenamente podemos, compruebo que no soy el único que va 'tostado'.

Me pongo a rueda de una pareja mixta en una de las últimas subidas, la chica marca el ritmo, el chico sufre y se queda, yo igual... alucino con el nivel de las mujeres en esta carrera, de verdad.

Para terminar un descenso rápido por asfalto, por si no habíamos hecho suficientes kms ya en esa superficie. Empiezo a ver caravanas y pienso que la meta debe estar cerca, pero aun quedan un par de kms, al llegar sólo puedo desear no tener que volver a subir hasta aquellas campers, por suerte no es así. Sin embargo, nuestro masajista oficioso si que había aparcado en la parte alta del pueblo, hoy me quedo sin masaje, yo hasta allí no voy!

jueves, 30 de agosto de 2007

Día 6:

Me levanto con mucho ánimo. Ayer acabé bien y eso siempre levanta la moral. El perfil asusta incluso acostumbrados a estas etapas, o quizá sea precisamente por eso...

De salida el Pordoi, mítico puerto del Giro, pero no muy duro según dicen, pronto lo comprobaremos.

Edu y yo nos volvemos a colar en el Box B, no hay forma de justificarnos, pero lo vemos lógico con la adrenalina previa a las carreras. De salida hacemos un bucle absurdo por la pequeña estación de eski en la que hemos dormido. Pronto empezamos a subir por pista con piedras sueltas, ¿no subíamos el Pordoi?

Adelantamos a los navarros muy pronto. Enseguida llegamos al asfalto y sigo con Edu que me marca un ritmo que parece bueno. El puerto es tendido y al llevar pocos kms se hace muy llevadero.

A los pocos kms un giro inesperado en la caravana multicolor nos lleva fuera del asfalto a temibles rampas por unas desgarradas pistas forestales. Seguimos ascendiendo con fuerza y me olvido de lo vivido y me concentro en pensar que he empezado una nueva carrera.

Edu se adelanta un poco, pero le mantengo a tiro a mi ritmo. Supero a las Klose una vez mas y sigo teniendo mucha energía. Un descanso carga las piernas de oxígeno, si bien, no lo necesitaba como en otras ocasiones.

El perfil nos engaña por completo, iniciamos un descenso, lo que suele ser sinónimo de haber superado el primer trance, pero enseguida iniciamos de nuevo un fuerte ascenso. Me encuentro a Edu parado con problemas con el desviador, al llegar a su altura reanuda la marcha y me comenta que no consigue bajar de plato, no tiene buena pinta.

Al fondo nos encontramos la 'única sección realmente no ciclable de la carrera'. Increíble paso de puerto tras una sucesión de ZigZag que dejan los gemelos como piedras. Esta es la locura de la Transalp. Sin lugar a dudas el mejor puerto de toda la edición y nosotros coronamos realmente bien. No sé en que puesto, pero tenía a tiro a los lideres veteranos, cosa que no me ha pasado en mis dos participaciones en esta carrera.


El descenso asusta, da realmente miedo y cuando mas fea se pone la cosa llegamos a uno de esos lugares increíbles del corazon de los Alpes. Nosotros hemos estado ascendiendo por caminos de cabras, entre pistas de ski y resulta que del otro lado de la montaña llega una carretera perfectamente asfaltada que llena el lugar de vulgares domingueros.

La carrera coge esta carretera y nos lanzamos en un descenso trepidante. Noto algo raro, mi rueda delantera parece perder aire y extremo la precaución, una caída a estas velocidades no sé muy bien como podría acabar.

Volvemos a una pista, voy con dos equipos y uno de los corredores asturianos, que va solo. Edu aun no me ha alcanzado, lo que me hace sospechar de que le haya podido pasar algo. Dudo si parar a esperarle, pero, por un lado, no sé si pudo pasarme en la parte de pateo y, por otro lado, llevamos corriendo independientemente toda la semana y si le espero no sé como reaccionará.

Con estos pensamientos llegamos a una barrera que debemos sortear por la derecha del camino. Sin darme cuenta me veo en el suelo, el tubless se ha destalonado, perdiendo el poco aire que le quedaba e impidiéndome cualquier reacción para controlar la situación.

¡¡Que dolor!! Me miro la espinilla y observo con estupor una profunda herida que empieza a sangrar abundantemente, mientras se me empieza a hinchar la zona de una forma escalofriante.

Me encuentro tirado en el suelo dolorido e intentando reparar el pinchazo. Saco el tubless pero la válvula no quiere salir. Lo vuelvo a meter. Me duele la pierna, me asusto y sufro de rabia al ver a la gente pasar. Los segundos pasan, los minutos también, que desesperación. Intento hinchar con el spray, aquello no coge presión. Mantengo la calma, pero me duele mucho la pierna y empiezo a dudar de no haberme roto algo.

Mi cerebro esta a tres frentes: mi pierna, la rueda y la gente que pasa. Según el momento prima uno mas que otro.

Saco el tubless de nuevo, cojo una piedra y golpeo la válvula que por fin cede. Meto una cámara y la inflo con la bombona de Co2 mientras vuelvo a colocar la rueda en la horquilla. En mi espinilla parece haberse metido una pelota de tenis, sin exagerar.

Me ha pasado mucha gente, los navarros, las Klose... mi ánimo no es el mejor cuando reanudo la marcha. Ante estas situaciones lo normal suele ser tener una especie de ataque de rabia que genera adrenalina como para llegar a la meta, pero la pierna me duele mucho y me cuesta pedalear.

Me adapto al ritmo de un grupo y al poco nos alcanza otro del que tira Edu. Me cuenta como ha tendido que parar a que le arreglaran la maneta y que solo tiene plato mediano.

El siguiente puerto empieza con rampas durísimas, estoy desmotivado y cansado. Subo con mas pena que gloria. Para colmo empiezo a quedarme sin agua y sin fuerzas.

Para cuando llego al siguiente avituallamiento ya solo quiero llegar, me duele la pierna, he descuidado la alimentación y noto síntomas de apajaramiento. Sufro para coronar mas de la cuenta, me animo al pensar que hubiera podido pasarme parecido aun no habiéndole caido y que no estoy perdiendo la ocasión de hacer mi mejor clasificación.

La última parte del puerto es dura y precede a un descenso 'acojonante', con perdón. Varios km con desniveles imposibles por dos raíles de hormigón, los discos echando humo y la sensación de imposibilidad de detener la bici del todo. Increíble.

La etapa es preciosa, a pesar de todo, hay que reconocerlo. Una verdadera etapa Transalp.

Me pongo hielo en la pierna y, al limpiar la herida, pienso que no es para tanto. Paso una tarde tranquila en un pueblo sin ningún encanto. Masaje y al saco prontito.

martes, 28 de agosto de 2007

Día 5:

Estamos en el ecuador de la carrera. Quién iba a pensar hace una semana que este simple hecho fuera una buena noticia. Quién iba a pensar hace dos días que seguiría en carrera y cada día mas fuerte...

Lo cierto es que desde el segundo día mi planteamiento de la carrera ha cambiado completamente, siempre es conveniente ir día a día, pero en este caso mucho más, así que me alegro simplemente por avanzar hacia la meta aun sobre la bici y no en la caravana.

Me levanto bien, la etapa es corta, no demasiados desniveles, puertos no muy duros...en definitiva, que todo parece estar a favor. Con este buen estado de ánimo decido recurrir a la picaresca para ganar unas posiciones en la salida, bueno, sin rodeos, decido colarme en un box de salida que no me corresponde por los méritos de los días anteriores. Sé que no es una actitud muy loable, por ello no voy a intentar ni justificarla.

De salida el puerto es bastante duro, con rampas de fuertes desniveles alternando con descansos que llegan incluso a picar para abajo. Los puertos así me van bien, son explosivos y puedo aprovechar mi fuerza y a la vez me dejan coger algo de aire cada cierto tiempo lo que me ayuda a recuperar, cosa que con mi estado de forma actual resulta un alivio.

Pronto voy remontando posiciones, he salido mucho mas adelantado que los días anteriores pero aun así me encuentro con gente que asciende bastante mas despacio que yo. Puede que pague el esfuerzo a medida que pasen los kms, pero eso ahora ni si me pasa por la cabeza. Por primera vez en días estoy disfrutando de verdad y mis pulsaciones suben a niveles habituales.

Corono muy fresco y me lanzo en un trepidante descenso en el que solo pienso en ganar posiciones, empiezo a olvidar lo mal que lo he pasado y siento que realmente estoy aprovechando mis vacaciones, ya que disfruto. Pronto alcanzo a la primera pareja femenina, las hermanas Klose, de verdad que son para verlas. En un tramo de falso llano las dejo facilmente, pero al llegar al avituallamiento yo paro a repostar y ellas reciben ayuda de su asistente, por lo que me vuelven a coger.

Reanudo la marcha con plenas energías. El perfil en esta parte del recorrido no daba demasiado miedo y me encuentro confiado. Asciendo remontando posiciones, pero cada vez son menos los ciclistas que dejo atrás con facilidad. En este tramo coincido con otro ciclista con una sola pierna, pero lleva una prótesis lo que, habiendo conocido al héroe de la carrera, resulta menos impactante, si bien no debemos dejar de admirar su mérito.

Me acoplo en un grupo y decido guardar un poco de fuerzas, el último puerto parece duro y llevo remontando desde que sonara el 'Highway to Hell', himno oficioso de las salidas. En un momento de relativa calma, sin apenas tiempo para reaccionar, pierdo el control de la bici al meter la rueda en un reguero que no veo por ir a rueda de otro compañero y me encuentro enfilado a la cuneta. Por el momento pienso que puedo controlar la caída, pero se acaba el terreno y solo me pueden frenar unas zarzas que trepaban hacia el camino. No me hago mucho daño, pero una caída siempre deja alguna secuela y no me encuentro igual de cómodo en el pedaleo.

Al fondo divisamos el ultimo avituallamiento, punto de partida de la subida definitiva. Cual es mi sorpresa al llegar al encontrarme a los amigos del Ederra, los cuatro, dos equipos que van a cuchillo entre ellos. Tras recargar los depósitos inicio la subida con alegría. Sigo confiado y no he notado ninguna señal de alerta. Pronto alcanzo a los navarros y les dejo atrás, pero pienso que el ritmo es excesivo para todo lo que llevo y levanto el pie.

A media subida miro atrás y veo al Ederra Team 2 a mi estela, me acoplo con ellos y les pregunto si han atacado a sus paisanos. Me dicen que no, que se han quedado ellos solos, pero definitivamente su ritmo se ha incrementado. Empiezo a flojear y considero la posibilidad de aflojar y comer antes de que lleguen males mayores.

En mi semi-descanso me alcanza la otra pareja navarra. Iñigo demuestra su poderío empujando a Oscar y lanzándole a la 'americana'. Van poco mas rápido que yo, pero definitivamente se me han acabado las fuerzas. El puerto en este tramo no es duro, pero yo ya no tengo la energía de hace un rato y pienso que que habrá sido de mis buenos finales de etapa...

En este impas me alcanzan las hermanas lideres de mujeres. Menuda forma de mover el desarrollo. Llegamos a una zona de fuertes desniveles en las que la mayoría del grupo 'patea' pero ellas se mantienen en la bici, realmente increíble.

Corono con ellas y me lanzo sin pensarlo una vez mas. Aquí las diferencias se incrementan, puesto que las Klose se juegan la carrera y no arriesgan mas de la cuenta. Yo persisto con intención de recuperar la estela de los navarros, aunque solo sea por orgullo personal.

Llegamos a una carretera ancha y la cosa no parece tener fin. Me cuesta mover el plato y pierdo la estela del equipo con el que había llegado a ese tramo. El perfil indica un repecho antes de meta, pero ¿cómo de largo será?

Pronto empiezo a ver casas y me animo. La cosa acaba bien, bueno, siempre considerando lo que llevo encima. Me acuerdo de Fátima a los 5 min de llegar cuando oigo por megafonía que llega a meta la 2ª pareja mixta. La primera es inalcanzable, 3 campeonatos del mundo femeninos dan una pequeña idea del nivel que tiene.

Por cierto, como se ha podido apreciar, hoy también he corrido solo. Me da igual. He disfrutado. Para los mal pensados, Edu aun no estaba duchado cuando llegué a la camper.

Por la tarde disfruto de verdad de la experiencia Transalp. Como con los amigos navarros y los catalanes, tomamos unas cervezas, vemos un rato el Tour, incluso nos fuimos al río a tomar una sandía.

Antes de acostarme, masaje del alemán. Mis piernas están mucho mejor, algo extraño, ya que lo normal sería todo lo contrario.

Una vez mas, a las 22 y pico a la cama, o mejor dicho, al saco.

domingo, 19 de agosto de 2007

Dia 4:

Ayer acabé contento, bueno, todo lo contento que se puede acabar despues de lo pasado los últimos días. Sin embargo, aun no tengo confianza en mi plena recuperación para salir al ritmo que me corresponde.

El perfil da bastante miedo, sobre todo si no te has encontrado bien los días anteriores, como es mi caso. Se trata de una etapa corta, de 67km, pero de las que mas se asciende, 3012m, en definitiva, una etapa dura de verdad.

Decido salir atras como ayer, con gente teoricamente inferior a mi nivel. Acuerdo con Edu que él salga donde le apetezca y no me espere, ya que aun no sé como va a ir el día. Segun salimos de Brixen empezamos a subir la primera dificultad del día, un puertecillo corto por carretera amplia y sin demasiados desniveles. Mis sensaciones son bastante buenas, y sin demasiado esfuerzo voy pasando gente, cosa normal dada la posición en la que había salido.

Coronamos esta primera tachuela y seguimos por asfalto en un ligero descenso que sirve para coger fuerzas de cara a la primera dificultad seria del día. Empiezo a subir con confianza, voy pasando gente y me encuentro cada vez mejor. El asfalto empeora y la gente empieza a sufrir, no paro de remontar posiciones, lo cual me anima, sin embargo no debo confiarme, he salido muy retrasado y es normal pasar gente a estas alturas de carrera.

Aun voy rodeado de mucha gente, pero avanzo a mi ritmo que parece ser bueno. A los pocos kilometros me vuelvo a encontrar con el que para mi es el heroe de la carrera, del que ya he hablado, sería la ultima vez que le vería en carrera...

El puerto avanza y los kms empiezan a pesar, yo mantengo la confianza puesto que estoy teniendo las mejores sensaciones que he tenido subiendo en mucho tiempo. Poco a poco el pelotón se va esparciendo a lo largo de la carretera y ya no vamos tan juntos, incluso paso tramos en que empiezo a ir solo, y eso que no me ha adelantado nadie en mucho rato.

Ya he comentado que yo estoy especializado en carreras maratón, en las cuales es muy frecuente ver a corredores con mochilas 'camelbag', sin embargo yo no soy muy partidario de su uso. Recuerdo el Maratón de los Monegros del año 2001, la primera edición de esta emblemática carrera, en la que llevé una mochila con un montón de material que parecía ser obligatorio: agua de sobra, linterna, comida, ropa de abrigo... En esa carrera no fuí del todo mal a pesar de ser bastante joven para esas distancias, si bien lo que peor recuerdo es el dolor de espalda con el que terminé. De hecho, no me recuperé en todo el verano y tuve que ir a un especialista aquel otoño, que me recomendó una rutina de ejercicios que me han venido muy bien en los siguientes años. No he vuelto a correr con mochila.

Ahora opto por llevar dos bidones, normalmente uno con agua y otro con sales o algún tipo de alimento líquido, y en verano aumento su tamaño y capacidad hasta los 800cl, por lo tanto suelo llevar el mismo líquido que la gente con 'camelbag'.

Un día mas hace mucho calor, los kms pasan y el sol aprieta de verdad, pese a llevar bastante agua y encontrarse el primer avituallamiento relativamente cerca, km 22, la dureza del terreno exige mucha hidratación y empizo a quedarme sin reservas. Cuando mi preocupación por este tema va en aumento, aparece salvadora la alfombra de control de paso.


Recargo mis bidones, bebo y como platanos, también cojo alguno para luego. Los avituallamientos en las carreras maratón suelen ser el objeto de mayores criticas hacia los organizadores de las pruebas. Yo raramente paro ni a comer ni a beber, me gusta ser autonomo en este sentido, si bien la Transalp es diferente, y aqui si que es necesario parar. A mi me parece que aqui existe bastante variedad, claro que hay opiniones para todos los gustos, sin embargo yo practicamente me limito a los platanos y, en algunos casos, a las barritas de 'Herminator'.

El perfil muestra como, tras el avituallamiento, continua una subida durante varios kms. Las paradas en este tipo de situación me sientan muy mal, asi que reanudo la marcha tranquilo, pienso en coronar lo mejor posible y en recuperar para la otra gran dificultad del día. En este trozo me alcanza un grupo en el que van los amigos catalanes. Son muy buena gente y pasamos unos cuantos kms hablando y conociendonos un poco mas. Se preocupan por mi recuperación y les cuento que la cosa va mejor, entonces me dijeron algo que da que pensar: ' en tus días malos andas como nosotros un día bueno'. Creo que era exagerado, puesto que a lo largo de la semana demostraron de sobra su calidad; si bien me hace reflexionar en como lo pasa toda la gente que llega detras mio, incluso en días como el domingo.

Tras coronar nos lanzamos por un descenso precioso, eso si, por asfalto. Sin tomar mas riesgos de los necesarios adelanto posiciones, vuelvo a pensar en lo mal que baja la gente en esta carrera. Los catalanes aguantan bien el ritmo.

En la zona entre puertos me siento fuerte, al menos el mas fuerte del grupo, y sin demasiado esfuerzo dejo su compañía. Una rampa terrible nos lleva al 2º avituallamiento, es el km 50, pero en tiempo no ha pasado mucho desde el anterior, por lo que no se hacia tan necesario. Recargo sin perder mas de la cuenta e inicio el gran puerto del día.

Las primeras rampas dan miedo, son casi trialeras de fuertes desniveles, y quedan 10km... Pronto adopto el ritmo de subida, cosa que me cuesta tras el repostaje, insisto, que mal me sientan esos parones. Ya no adelanto a la gente con la misma facilidad, el cansancio del día empieza a pasar factura, el calor vuelve a ser insoportable. Pienso que no debía haber abandonado la compañía amiga y pronto me planteo aflojar el ritmo confiado en recuperar mientras me vuelven a coger. Pero esto no pasa, voy cada vez mas despacio, no recupero y empiezo a estar vacío, mala señal.

Paro a comer, pienso que si consigo recuperar el aliento y algo de fuerzas, compensaré la perdida de ritmo de la parada. Quizá fuera demasiado tarde, no recupero las sensaciones y vuelven mis temores, tengo muy reciente el sufrimiento extremo del 2º día. Me cojen los catalanes y me cuesta adaptarme a su ritmo. En un momento dado, Jordi dice que le duelen mucho los pies y que tiene que 'patear' un poco para que le alivie. Mucho merito tiene para él estar aqui, es un corredor especialista en duathlon que no ha seguido una preparación específica puesto que no pensaba acudir a la Transalp hasta la semana de antes.... esto me suena. Acojo la iniciativa sin dudarlo, es una buena excusa para andar a su lado.

El padre de Edu me había dicho que no subiamos hasta la cima de la montaña, donde llegaba un teleferico. Esta idea me motivaba, pero las rampas en forma de zig-zag atravesando increibles pistas de ski eran igual de duras y no parecían acabarse.

Voy 'tieso' y me cuesta seguir a los catalanes, pienso que no queda nada y sufro un puntito mas para coronar con ellos, pero la última rampa es demasiado y prefiero dejarme llevar y coronar con unos metros de retraso. Me sorprende que se paren a hacer fotos, yo quiero llegar cuanto antes y prosigo, sin ninguna intención de atacarles.

Me junto con unos de nuestros usuales vecinos de caravana, dos tipos con todo el equipo de Merida, parecen tener bastantes medios para su nivel. Bajan como locos y yo les sigo. En un repecho se quedan y nos les vería hasta meta, si bien llegaron unos metros detras.

He sufrido bastante, pero nada comparado a los primeros días, es la única lectura positiva. Hemos llegado a una estación preciosa, no me importaría volver en invierno.

Ya no tengo tanta necesidad de descansar a toda costa, asi que paso una tarde algo mas relajado, si bien, a las 22 vuelvo a estar en la cama, eso sí tras un reponedor masaje de nuestro amigo aleman.

lunes, 6 de agosto de 2007




Día 3:

Apenas amanece y me encuentro mal. La etapa es larga pero no tiene un perfil especialmente temible. Si no salgo me tocará estar el resto de la semana en la caravana y probablemente me arrepienta; si salgo me arriesgo a sentirme como los últimos días y me arrepentiré seguro…


Decido salir el último, cosa bastante difícil en un pelotón tan heterogéneo como este. Me sitúo junto a gente que ni me imaginaba fuera capaz de hacer la Transalp, veo gente con Kg. de mas, muchas mochilas y material con años de antigüedad y sobre todo muchos pelos en las piernas.

Son unos 30km de subida, con zonas más llevaderas que otras, pero de subida al fin y al cabo. No me encuentro bien, de hecho me encuentro bastante mal. Me cuesta seguir el ritmo de estos compañeros a los que no estoy acostumbrado. Nos metemos por un sendero precioso, el paraje merece la pena según ascendemos, la alegría si consigo acabar esta carrera seguro que también.

La última parte de la ascensión es bastante dura. En un momento compartimos sendero con infinidad de paseantes. La saturación de personas nos obliga a poner pie a tierra en este tramo de trialeras. Hoy soy yo el que alcanza al ciclista de una sola pierna, alucino como pasa estas zonas de ‘pateo’, si este tío tuviera las dos piernas….

La última zona es una pista con mucha gravilla, todo el mundo a mi alrededor anda, pero yo me mantengo sobre la bici. Empiezo a pasar gente y esto me anima, varios participantes me animan y muestran su admiración por que pudiera mantenerme montado, que gente mas agradecida!

Corono y, sin descanso, me lanzo al descenso mientras mis compañeros del día de hoy se paran a sacar fotos, sin embargo, ya cada vez hay menos Kg. de mas, menos mochilas y menos pelos en las piernas a mi alrededor.

Pronto llegamos a uno de los temibles tramos de rodaje de esta carrera. Aun recuerdo como el año pasado me costaba mantenerme en algún grupo con un plato de 46 dientes. Pero hoy es distinto, mis compañeros no son tan potentes como otros días y pronto se me hace insuficiente el ritmo. Aprovecho los repechos para cazar al grupo precedente y poco a poco voy ganando posiciones, por fin disfruto un poco y los Km. pasan sin darnos cuenta.

Al llegar a meta vuelvo a estar fundido, pero al menos no me parece que fuera el peor día de mi vida ciclista. Allí me encuentro a Edu y sus padres, que amablemente me ayudan, GRACIAS. Según parece en este pueblo hay una piscina natural muy apetecible, yo sólo pienso en descansar y me vuelvo a pasar al tarde en la silla plegable escuchando música.

Antes de acostarnos conocimos al que sería nuestro masajista el resto de la semana, un alemán serio de Hamburgo que daba los masajes que estábamos esperando y mostraba gran interés por ayudarnos en lo que fuera, llegó a llamar a un amigo suyo que sabía español para entenderse con Edu.

A las 22 a la cama, que tenemos mucho que descansar.


Foto: Pág. oficial Transalp 2007. El heroe de la carrera!!

Día 2:

El perfil asusta, quizá sea el peor día sobre el papel. Me levanto confiado, he dormido bien, mis piernas están razonablemente poco doloridas. Primera decepción, seguimos en el último box en la salida, en categoría masculina éste esta reservado para los equipos clasificados mas allá del 160, mi mal día nos llevó al 180.

Pronto empezamos a subir, no voy bien, intento regular pero la cosa no mejora y Edu me aprieta. Me vuelvo a sentir vacío, no entiendo lo que pasa, ayer comí bien, he descansado y antes de media hora vuelvo a tener esa sensación. Edu empieza a ponerse nervioso, me dice que a ese ritmo nos van a dar las mil, él quiere llegar para poder pasar la tarde con su novia que nos acompaña, parece razonable.

En el primer puerto ya lo paso mal, me junto con mi compañero en el avituallamiento, pero en el 2º puerto del día vuelvo a quedarme solo, la verdad es que lo prefiero, es mejor ir solo que tener a un compañero nervioso achuchándote, no esperaba estar en esta situación…

Hace mucho calor y lo paso muy mal en el puerto, en la bajada parece que recupero y me junto con Edu en el 2º avituallamiento y hacemos juntos la zona de falsos llanos, intento mentalizarme y subo los repechos con fuerza aparente, es un espejismo, pronto empiezan las rampas de verdad, quedan 30km de subida.

Al poco de empezar vuelvo a sentirme mal, Edu se lanza para arriba y me dice que no tiene sentido que me espere, que puedo tardar horas a ese ritmo, le digo que me da igual, que solo quiero que se termine el infierno.

No tengo fuerza y el calor empieza a agobiarme de verdad, me mareo, se me nubla la vista y sólo pienso en llegar. Sigo pedaleando como un autómata, no estoy acostumbrado pero ya lo he hecho antes. Supongo que todo el mundo pasa por este tipo de situaciones alguna vez, cuando las fuerzas te abandonan y solo puedes pensar en llegar al destino. Esta vez es especialmente duro, me da igual que la gente me pase, me da igual que Edu llegue y nos penalicen, en realidad me da igual todo, solo quiero llegar y no va a ser fácil. Me siento solo entre este inmenso pelotón, es una sensación rara, pero realmente pienso que si no llego a meta por mis propios medios no voy a llegar. En el camino me encuentro a una pareja franco- alemana que parecen bien preparados, uno de ellos esta pasándolo igual o peor que yo, y su compañero le espera de sombra en sombra.

Me encuentro a ‘Los Catalanes’, aun no nos conocíamos mucho, con el paso de los días comprobaría lo buena gente que son; en ese momento sólo podía pensar en llegar, ellos también lo estaban pasando mal, pero me dejan fácilmente. Miro el reloj y empiezo a pensar cuanto puedo tardar en llegar, ¿quizá en 6 horas de carrera?

Abandonamos el asfalto y pronto se ve el final del puerto, esta suele ser una visión esperanzadora, no en este caso, estamos en la Transalp, y aquí se suben montañas de los Alpes, es decir, que puedes llevar 2 horas subiendo y ver una sucesión de ‘zetas’ que te queden por subir. Este era el caso.

Ya voy andando y me va pasando gente que ni me podría imaginar que estarían en una carrera como esta, me da igual, solo quiero llegar. Pienso en sentarme a descansar, pero no creo que fuera la solución, así que avanzo a mi ritmo cansino. Me cuesta mantenerme de pie, incluso empujando la bici que parece pesar 50kg, veo borroso y me siento solo.

Me pasa uno de los héroes de verdad de esta carrera, un ciclista con una sola pierna, no lleva ni prótesis ni nada en la otra, su imagen es estremecedora y pronto se ganaría la admiración de toda la caravana.

Al coronar quedan 20km cuesta abajo, parece asequible después de lo vivido, pero paso miedo, voy tan mal que me cuesta mantener el equilibrio en estas curvas. La gente me pasa lanzada hacia la meta, yo solo quiero llegar.

Según descendemos el calor vuelve a ser insoportable, no pedaleo, solo me dejo caer y me cuesta mantenerme sobre la bici, estoy agobiado y pienso incluso en pararme a respirar, no lo hago y al rato llego a la meta. 7 horas y 20min de suplicio. Es fácil considerar como el peor día el último vivido y en ese momento me lo parecía, pero con el paso de los días sigo pensando que lo es. Buscando en mi memoria y relativizando las experiencias me acuerdo de bastantes momentos duros sobre la bici, con frío, con calor, con pájaras… pero creo que ninguno como esta segunda etapa de la Transalp 2007.

Me siento solo entre tanta multitud. Buco la caravana como buenamente puedo, esta en un camping, con duchas y piscina, pero yo paso la tarde tirado en una silla plegable que llevamos. Me encuentro mal, no me parece tener fiebre pero desde luego lo que he vivido no ha sido normal, así no sé si tiene sentido continuar, no creo aguantar otra experiencia así.

Mis padres y hermanas se preocupan por mi, quieren que vaya al medico, cosa que no es fácil. GRACIAS María por animarme a seguir.

Ceno lo que puedo, me doy un masaje con uno de esos mercenarios que hay en la carrera, muy pobre, no repetiré con él y me voy a la cama sin haber decidido que hacer por la mañana.
Día 1:

Somos el dorsal 403. Ya llevé ese nº en mi primer Cto. de España, en Candanchu, en el 98, no me fue muy bien allí pero no soy supersticioso; sin embargo nos obliga a salir en el último cajón, es decir con unos 800 ciclistas por delante si somos de los primeros en colocarnos. Compruebo como mis demás amigos del año anterior tienen números bajos, mientras que a nosotros no nos han respetado esa clasificación, quizá por el cambio de última hora, o puede que sea por que para Edu era la primera vez.

Me noto raro, siempre he oído lo mal que sentaban los viajes antes de las carreras y lo frecuente que resulta retener líquidos e hincharse, pero yo no había tenido esos problemas. Empiezo a echar de menos a mi compañera inicial, Fátima Blazquez, ella me hubiera ayudado en un momento así seguro, ya lo demostró con mi compañero Vizcaíno el año pasado.

Se da la salida a ritmo de ACDC, salimos como locos aun teniendo 8 duros días por delante. La consigna es remontar lo antes posible y situarnos con los ciclistas de nuestro nivel lo antes posible. Me noto alto de pulsaciones, dato que confirma mi pulsometro, pero pienso que pronto podremos adoptar ritmo de crucero y todo irá mejor.

Empieza el primer puerto, es tendido y por pista ancha, se forman grupos de los que saltamos remontando ansiosamente, aun no hemos quitado el plato grande. Cazamos a los Cantabros que van juntos pese a ser varias parejas de distinto nivel, ¿cuánto les durará esta armonía? Al rato noto que voy demasiado fuerte, es cierto que debemos remontar, pero quizá lo paguemos al final. Le digo a Edu que afloje y nos asentamos en un pequeño pelotón. Sigo sin ir cómodo, no me preocupa aun, pero las sensaciones definitivamente no son buenas. Llevamos hora y pico de carrera y empiezo a sentirme vacío, Edu me aprieta, pero no voy mas, algo pasa. Me tranquiliza pensar que he vivido sensaciones parecidas otras veces y que he acabado muy fuerte en aquellas carreras, pero esto es la Transalp, lo que significa que en esos momentos quedan 10km de subida de un puerto, que bajaremos y pronto quedará otro puerto igual de duro, y en caso de haber llano, los ciclistas que nos acompañan nos llevaran con todo el desarrollo metido y sufriendo lo indecible por aguantar en el grupo.

Como, bebo y sobre todo sufro. Estoy acostumbrado, es algo inherente a las carreras, así que me mentalizo para ello. Hace muchísimo calor y el sol empieza a pegar de verdad, ahora lamentamos haber salido a las 11 y no a las 9. En el segundo puerto empiezan las penurias de verdad. No he recuperado en la bajada como esperaba y lo paso mal desde el principio. Pronto tengo que poner el plato pequeño para desesperación de Edu, que me sigue apretando. La gente nos pasa sin piedad, nuestra remontada inicial queda en nada.

En estos duros momentos cualquier pensamiento agradable suele hacer más llevadero el trance. Me vienen a la memoria escenas similares del año anterior, entonces yo iba fácil mientras mi compañero lo pasaba mal, recuerdo como subimos la mitad del ultimo puerto del primer día andando y el sentimiento de culpa que invadía a mi amigo Vizcaíno aquel día. Yo anduve a su lado y trate de tranquilizarle en todo momento, ya vendrían días mejores.

Este año yo soy el que lo pasa mal, pero no llego al límite de poner pie a tierra, aunque el pensamiento surge en varias ocasiones, así que pienso en pasar el día, mañana seguro que todo va mejor.

Coronamos y mis tobillos parecen la mitad que por la mañana, las piernas se van deshinchando, pienso que es buena señal. Hace mucho calor. Vemos un espectacular embalse con varios veleros aprovechando el viento de la zona, ese viento que harán los últimos Km. un suplicio.

No sé por que pero suelo acabar las maratones mucho mejor de lo que las empiezo, siempre ha sido así, y siempre mantengo la confianza en que así sea. Hoy no debería ser distinto. Nos metemos en un grupo y damos la cara con los relevos en todo momento. En una zona de bajada se corta y me quedo delante, voy ‘tieso’, pero estoy acostumbrado, al fin y al cabo estamos al final y yo siempre acabo mejor de lo que empiezo, ¿no? Esta idea esta en mi cabeza cuando empiezan a darme calambres. No estoy acostumbrado a ellos, en muy raras ocasiones he tenido este problema en todos estos años, por lo menos en carrera.

Vamos llaneando contra el viento a mil por hora después del día que he pasado y tengo calambres, solo puedo pensar en las ganas que tengo de acabar. Acuerdo con Edu en que él ataque a falta de un par de Km. para ganar puestos, por muy mal que vaya es difícil que pierda más de 2 minutos en esa distancia; sin embargo no contamos con el muro que encontramos entre el Km. 3 y el 2. Una rampa de asfalto gastado con desniveles por encima del 20% y con el sol cayendo como una losa en el cogote. Eterno era el repecho, si me descuido me saca media hora Edu…

Por fin la meta, Edu me espera antes de la alfombra del chip y entramos juntos, día para olvidar.

Sólo quiero pensar en recuperarme, comer, beber, descansar, esto es la Transalp y resulta fundamental. Buscando un masajista doy con una simpática mujer que accede a atendernos después de dar masaje a su equipo. Parece tener experiencia y ganas de practicar su castellano, así que todo parece perfecto. Nos da un par de buenos masajes mientras nos cuenta su historia, no nos quiere cobrar, hace tiempo que dejo esta profesión para estudiar Derecho y defender los Derechos Humanos en el ámbito de la ONU, menudo cambio!!

A la cama a las 10, que bien voy a dormir…
Día 0:

Estamos a un día del comienzo de la Transalp 2007. Teníamos planeado amanecer en Mittelwald, punto de partida de la carrera, hacer todo el papeleo y recogida de dorsales, montar las bicis y rodar un par de horas suave. Sin embargo, debido a los problemas del viaje, hemos tenido que dormir en un camping a las afueras de Munich. Me paso toda la mañana intentando contactar con la oficina de objetos perdidos del aeropuerto y no hay forma, así que decidimos ir hasta allí para intentar solucionar el problema en persona.

Una vez en el aeropuerto me comentan que tienen un aviso del aeropuerto de Madrid en el que se asegura que mi bicicleta llegará en el vuelo de las 17 horas. Estamos a 130km de la salida de la carrera y tenemos que tomar varias decisiones. Por un lado debo decidir si aceptar el ofrecimiento de mi amigo Ramón de enviar su Mérida a Munich para asegurarme poder salir; por otro lado debemos decidir si ir a Mittelwald a por los dorsales y a situarnos e intentar volver luego con un coche al aeropuerto.

Quiero agradecer la ayuda de Ramón y su interés, una vez mas, por que mis aventuras salgan lo mejor posible, GRACIAS.

En caso de lanzar el envió de la bici de Ramón, ésta llegaría a Munich sobre las 23 horas, además me aseguran que hay un 90% de probabilidades de que mi MTB llegue en el vuelo de las 17, así que decidimos arriesgarnos y esperar a mi bici.

Creo que no he contado que en este viaje tenemos varios acompañantes. La carrera es por parejas, pero compartiremos caravana con otras 4 personas. Decidimos que no tiene sentido hacer esperar a tanta gente en el aeropuerto todo el día, además tenemos que registrarnos en la carrera y si por lo menos Edu puede rodar un rato mejor; así que emprendemos viaje a la salida.

Cuando llegamos sacamos los dorsales sin problemas y situamos la caravana a escasos metros de la salida. Nos encontramos a nuestros amigos ‘Los Cantabros’ del Peñaveran. Ya nos conocemos del año pasado y les explico la situación. Muy amablemente me ceden su Fiat Punto de alquiler para volver a Munich a por mi bici. GRACIAS.

Después de comer emprendo la vuelta al aeropuerto, según dicen, por las autopistas alemanas no hay limite de velocidad… que gusto poder viajar sin esa preocupación que ha convertido los viajes por nuestras carreteras en un aburrimiento total.

En el aeropuerto me encuentro con el mismo empleado de Lufthansa del día anterior. El hombre se muestra muy preocupado por mi situación y me pregunta si iba a participar en las 24horas de Munich que eran ese fin de semana, otro año quizá. Al poco empiezan a salir maletas y, por fin, aparece mi MONDRAKER, con la caja destrozada, quién sabe donde habrá pasado la noche…

De vuelta a la caravana me topo con un atasco en la circunvalación a Munich, aquí los viernes también debe abandonar la ciudad la mitad de su población. Llego con el tiempo justo para cenar e irnos a dormir, la salida del primer día es a las 11 de la mañana, por lo que prefiero descansar y posponer el montaje de la bici, estoy hecho polvo y esto no ha comenzado aún.

jueves, 12 de julio de 2007

Hola a todos, escribo desde una cabina con internet de un camping a las afueras de Munich. Mi bici no llego conmigo ayer y esperemos que llegue en uno de los proximos vuelos. Ahora volveremos al aeropuerto y empezaremos a pensar en alternativas... Ya escribire la historia completa que ahora estoy en un teclado tactil y tardo mucho... Saludos

miércoles, 11 de julio de 2007

Llegó el momento, mañana vuelo a Munich y el sabado empezará la edición 2007 de la TransAlp.

Mi intención es actualizar este blog los mas frecuentemente que pueda de forma que la gente que me sigue en esta aventura sepa como marchan las cosas con el mayor detalle posible.

Mi experiencia del año pasado me dice que no será facil conectarse a internet en los lugares que vamos a visitar, por lo que espero y deseo poder cumplir con mi intención inicial al crear este blog.

Un saludo a todos, que disfruteis de esta gran carrera en la medida de lo posible, al igual que yo intentaré.
Este es el objetivo:

martes, 10 de julio de 2007

Antes de entrar en materia con la TRANSALP 2007 me gustaría rendir un pequeño homenaje a mi gran amigo JUAN SIMON, al que quiero mucho y nos ha dado un buen susto estos días.


La primera vez que nuestros caminos se cruzaron fue en el Maratón de Monegros 2002. En aquella ocasión, por circunstancias de las carreras, dos corredores que marchaban destacados a falta de 30km se equivocaron de camino, dejando el podium en manos de los perseguidores, entre los que me encotraba. En una de las ediciones mas duras de esta carrera, con el temible viento haciendo de las suyas desde el principio, yo me encontraba remontando puestos tras haber sufrido de lo lindo en el primer puerto. En el ultimo avituallamiento iba con dos corredores y nos dijeron que marchaban otros dos por delante. Yo me encotraba bien y ataqué, quedandome solo durante esos últimos 25km, si bien no tuve las suficientes fuerzas y cedí ante otro corredor cerca de la linea de meta. En aquel momento pensaba que había terminado 4º, con el consiguiente desconsuelo, pero pronto nos dijeron que eramos los primeros en llegar. Mi gran amigo Simon fue uno de los dos corredores que se perdieron.

Con los años, Juan y yo nos hemos hecho grandes amigos y recordamos aquella anécdota de vez en cuando. Desde entonces hemos vivido infinidad de situaciones juntos, algunas mejores y otras peores,destacaría la gran alegría que supuso la victoria de Juan en Monegros hace un par de meses, yo sentí esa victoria como algo propio, y me alegre igual que si hubiera sido yo.

Esa carrera era de las grandes obsesiones de mi amigo, junto con el Cto de la Comunidad Valenciana, que estuvo cerca de ganar el año pasado y que había preparado con mucho mimo para esta edición.

El domingo salió a competir como tantas veces había hecho en estos años, pero no se encotraba como otras veces, tuvo que parar y sufrió un amago de perdida de conocimiento. Se ha pasado en el hospital hasta hoy, según parece ha sufrido una pequeña lesión cardiaca, que si bien le permitirá hacer vida normal (en los terminos entendidos por la mayoría), le retira definitivamente de las carreras.


Por este motivo, ahora que parto hacia los Alpes, como lo hiciera el año pasado con él (1ª foto), he querido rendirle este pequeño homenaje y desearle lo mejor en su vida normal, que por supuesto voy a seguir compartiendo con él.

domingo, 8 de julio de 2007

Hola,

Me llamo Pablo Diago, tengo 26 años y vivo en Torrelodones, en Madrid. Acabo de crear este blog para compartir con todo el que esté interesado mis experiencias en el mundo de la bicicleta de montaña.

Llevo 11 años compitiendo en MTB, durante los cuales he tenido la oportunidad de conocer sitios increibles y de hacer infinidad de amigos. Mis inicios en esto de la bici fueron en las carreras de rally de la Comunidad de Madrid, allá por el año 96 las parrillas estaban llenas de aficionados a algo dificil de entender por la mayoría: pegarse un madrugón increible un domingo para pasarse un par de horas sufriendo sobre una bici de montaña a tope de pulsaciones; y yo era uno mas.

En esos primeros años para mi fue fundamental el apoyo de la familia, asi que aprovecho ahora para agradecer, sobre todo a mi padre, toda la ayuda prestada en aquel entonces.

Con el paso de los años empezaron a proliferar una clase de carreras de formato distinto al tradicional circuito de rally, se trataba de las pruebas maratón, que se presentaban como un reto para los ciclistas aficionados por su dureza y longitud. Pronto me di cuenta que en estas carreras podía disfrutar mas que en los circuitos, por un lado se conocían parajes incomparables (aun recuerdo las carreras en Benasque como de las mas bonitas de mi vida); y por otro lado, parecía tener condiciones físicas que me hacían razonablemente competitivo en este tipo de pruebas, sobre todo hacia el final de las mismas (los que me conocen dicen que soy un diesel).

Así fue como poco a poco, y gracias a la proliferación de las carreras de larga distancia, he ido dedicandome en exclusividad a esta modalidad, que en la actualidad cuenta con circuitos reconocidos a todos los niveles, pruebas clásicas y campeonatos nacionales e internacionales.

Tras estos breves antecedentes, me gustaria introducir el que ha sido el motivo de creación de este blog, la TRANSALP 2007.

En unos días estaré viviendo de lleno mi segunda travesía en los Alpes y voy a intentar compartir a traves de este blog todas mis experiencias y las de mi compañero de equipo, Edu Marquinez (para los que no conozcan esta carrera, se trata de una prueba que se corre por parejas).

Nos esperan 8 intensos dias de competición en la que haremos cientos de km sobre nuestras mountainbikes, subiremos infinidad de puertos y, lo mas importante, viviremos experiencias que recordaremos toda la vida.

Espero que lo que aqui se cuente pueda ser de interes.

Un saludo a todos

Pablo