miércoles, 30 de abril de 2008

Navalmorales:

Por cuarto año el Circuito Orbea vuelva a este pueblo de Toledo, orgulloso de su aceite, el cual proporciona un aroma especial, algo que se nota cuando llegas por la mañana y, sobre todo, cuando te acercas a la meta. Esta carrera me gusta, la salida está situada a una distancia de mi casa que me permite ir el mismo día de la prueba, el entorno es bonito y cada año se cambia el recorrido, sin perderse la esencia de la prueba.

A 6 días de Monegros, esta carrera debe ser un entrenamiento específico muy importante, tanto físico como moral, y con esa ilusión me dirijo a la salida, ilusión que hacía tiempo había olvidado.

Al llegar me encuentro con mis amigos, tanto de la organización como el resto de participantes, con los que comento mi ausencia en Cazorla y otros temas de interés común mientras recojo mi dorsal, una vez mas el número 2, el honor de llevar el 1 le corresponde a Tomas García, flamante ganador de esta carrera el año pasado y al que acompaña su mujer a casi todas las carreras, algo digno de valorar.

El tramo neutralizado de esta carrera es de los peores del circuito, se empieza a callejear por el pueblo con las sirenas de la policía molestando a los vecinos y sin sentido, lo único que se consigue es que pueda haber algún incidente antes de comenzar la prueba.

Según se retira el coche de policía entramos en una pista que pica claramente hacia arriba, se lanza la carrera y me encuentro bien situado por primera vez en la temporada. Doy un pequeño tirón impulsado por la adrenalina que me produce volver a verme ahí y pronto se hace la primera selección. El grupo no es muy numeroso, pero han entrado dos o tres corredores del mismo equipo y se ponen a tirar.

Decido no forzar la máquina mas de la cuenta y me quedo en un segundo grupo, en el que me sorprende la presencia del primer master 50, ¡y no es mi amigo Chema!

Tras una zona rompepiernas con cortos y pronunciados repechos y alguna bajada en la que no me encuentro cómodo, llegamos a un largo llaneo, aquí el grupo en el que viajes determina enormemente el resultado final. Me encuentro a Tomas con problemas, aunque parece que retoma la marcha, posteriormente sabría que retorció su cadena impidiéndole pedalear con normalidad.

Voy detrás de un corredor con muy buena planta de ciclista, ya había comentado con mis compañeros antes de la salida que ese chaval debía andar bien; me dice que si puedo dar un relevo y a ello me pongo. Me encuentro cómodo tirando del grupito, tanto que en las zonas mas duras sólo me siguen un par de corredores, los cuales son incapaces de ayudarme en la tarea. Cogemos a algún corredor desprendido del grupo cabecero y vamos configurando un nuevo "tren", pero nadie es capaz de darme un relevo.

Llevamos hora y media de carrera y me noto flojo, es normal, rara vez entreno fondo este año y lo empiezo a notar. El grupo se ha desfragmentado en una zona dura, en la que atravesamos el primer río del día y afrontamos alguna subida bastante larga para este recorrido. He comido el plátano que llevaba pero no es suficiente, la sensación es indudablemente de pájara, con este panorama lo mejor será parar mas de lo normal en el avituallamiento. Allí recargo el bidón, bebo en abundancia y como algo, en definitiva, una parada en toda regla.

Nos lanzamos por una pista en la que se rueda rápido, reconozco la zona y recuerdo que el año pasado la última parte se hizo dura, algo que me benefició entonces, pero que hoy puede condenarme. Voy recuperando energías mientras nos aproximamos a una de las subidas mas duras del día, donde recuperé el podium el año pasado, tan importante para la general del circuito.

Este año no voy con mucha fuerza y empiezo a notar amagos de calambres, así que "pateo" en la parte mas dura de la subida. Pronto coronamos y me vuelvo a juntar con gran parte de los competidores que me acompañaban la primera parte de la carrera.

Me he recuperado bien y me noto mas entero que mis rivales, así que "conecto el turbo diesel" y pienso en volver al Top10. Muevo bien el plato y voy dejando rivales atrás, pero la sensación dura menos de lo deseado. Pronto vuelvo a notarme vacío y, aunque me coma el trozo de plátano que me queda, no parece que me vaya a recuperar de aquí al final.

Me alcanza Tomas como una moto tirando de un grupillo peligroso, y a su estela el gran Chema, que lanza un ataque tremendo al master 50 que ha viajado conmigo todo el día liderando la prueba en esa categoría; no puedo mas que asistir al espectáculo desde mi asiento privilegiado, ni me planteo seguirle ya que voy en "modo llegar como sea" y la mentalización para ese plus de sufrimiento no es tan fácil de conseguir para ganar algún puesto a estos niveles de la clasificación.

Llego vacío y razonablemente contento, en el puesto 23 absoluto y 9 Senior, lejos de lo que podría haber hecho, pero con la sensación de volver a competir por algo.

En unos días a Monegros, la clásica mas importante del circuito, carrera dura y táctica en la que puede pasar casi cualquier cosa, ¡que ganas de que llegue!

miércoles, 16 de abril de 2008

Vitoria:

La carrera que a priori descartaría de mi calendario se convierte en una de las mas deseadas, el motivo, por fin vamos a recibir los premios de la temporada pasada, así que, haga lo que haga, estaré en el podium.

Esta carrera hace tiempo que no es lo que era, la construcción de un parque eólico ha transformado la parte alta de la sierra en un entramado de pistas, dejando en el olvido aquellos senderos que cada año me hacían replantearme las utilidades de las dobles suspensiones frente a mi querida bici rígida.

Es el sexto año que viajo a Vitoria, nunca se me ha dado especialmente bien, pero tampoco especialmente mal, allí conseguí el año pasado un montón de puntos que sirvieron para la general, después de empezar muy retrasado, me tocó tirar de garra y remontar en la zona mas dura.

Como cada año el nivel es alto, y éste no será una excepción, como así me confirman los lugareños. Yo no tengo presión, aunque me la intenten trasladar los rivales. Los primeros kms los hago al frente del grupo, pero sin exigirme, en cuanto empiezan los cambios de ritmo dejo paso a los corredores que van a disputar la carrera.

El puerto siempre se me atraganta, y este año no va a ser distinto, decido esperar a Txema, flamante vencedor en Veteranos B el año pasado y uno de los mejores masters del país, con él estoy apuntado a la Transalp de este año, si bien no hemos conseguido plaza y estamos en lista de espera. Cuando me alcanza, va en un grupo con la primera fémina, increíble la chica como sube por las paredes mas duras, yo voy cómodo durante varios kms, sin embargo, me despisto y pierdo contacto al coronar, cuando se lanza el grupo, y me quedo cortado en una zona de mucho viento.

Atravesamos por los restos del antiguo sendero y al volver a la pista pincho, no me preocupa, he tenido mucha suerte en momentos importantes y pinchar cuando no estas disputando es casi un alivio. La bombona no funciona bien, y me quedo a medio hinchar, un amable corredor, que hacía la marcha corta, me deja su bomba y dejo la presión en unos niveles mas aceptables. En total pierdo varios minutos, con lo que no queda nada mas por hacer el resto de la mañana.

Sin saber muy bien como, recupero algo de mi instinto competitivo y me pongo a pasar gente como un poseso, sin quitar el plato en zonas complicadas, como en los buenos tiempos. Me vienen a la memoria recuerdos de mi remontada del año pasado por esa zona, y el ritmo no decae, no renuncio sin embargo a echar un vistazo a las espectaculares vistas de la zona, cosa que no suelo tener tiempo.

En la bajada no arriesgo nada, noto la presión al limite y los brazos cargados. En ese momento me encuentro al amigo David Valhondo, ganador del circuito en 2006, desesperado por los pinchazos, le espero y proseguimos juntos. En ese momento los dos íbamos sin mas cámaras, y perdiendo aire de nuestras respectivas ruedas, por lo que optamos por no subir por 'el tubo', me tachan mi dorsal ( con el 2) y nos dirigimos tranquilos a meta. Mantuvimos una agradable conversación.

Tras la ducha, el momento de contarnos las características batallitas a la espera de nuestros premios, paso los mejores momentos del fin de semana conversando con los amigos, amistades forjadas en años de carreras.

Cuando me entregan el cuadro Orbea Oiz Carbon, me quedo impresionado, puede que sea el estímulo definitivo para pasarme a las dobles...

Pronto mas.


Foto cortesía de Extremsport
Caudete:

Ahora si que es hora de empezar la temporada 2008. Lo cierto es que no tengo muchas ganas, el invierno ha sido muy tranquilo y he dedicado mis energías a otros menesteres, por lo que me presento considerablemente fuera de forma, no me preocupa, he decidido tomarme el año de otra manera.

La cita de Caudete es una buena ocasión para acercarme a ver a mis amigos de Elche y Alicante, esta motivación hace mas llevadero el viaje.

La carrera de Caudete no se adapta especialmente a mis condiciones, las primeras rampas llegan demasiado pronto y siempre antes de que entre en calor, para colmo, este año se suben los molinos nada mas salir, con lo que mis expectativas son nulas.

Realmente no sé cual es mi nivel de forma, lo que tengo claro es que mi cabeza no está en las mejores condiciones para competir con garantías. Tengo la sensación de que he perdido la motivación de los últimos años, esa que me ha llevado a dar lo máximo, y muchas veces por encima de mis posibilidades, con la que obtenido los buenos resultados de los últimos tiempos.

Noto la falta de espíritu competitivo antes de la salida, un lío con los arcos señalizadores acaba con un jaleo terrible que me deja muy retrasado desde el principio, estoy seguro de que esto no me hubiera pasado de tener mas ganas. Empiezo a subir adelantando a mucha gente, aunque vaya tranquilo he salido tremendamente retrasado y lo normal es irme colocando en una posición mas acorde con mi nivel.

Corono los molinos dignamente, sin embargo me cuesta mentalizarme para sufrir bajando o llaneando, y me acomodo en un grupo que no aspira a cazar a nadie. Pronto me toca tirar, aunque no era mi idea para esta carrera, es difícil que no afloren las ganas de ganar en algún momento.

Los kilómetros transcurren cómodos, no tengo la sensación de sufrir en ningún momento, cosa que se agradece, pero no voy especialmente centrado. En una curva no excesivamente complicada, sigo la trazada del corredor que me precede pero acabo en el suelo sin darme muy bien cuenta, es cierto, este año he descuidado mi preparación de técnica, pero este lance ni siquiera creo que sea achacable a aquello.

Me hago mucho daño en el tobillo izquierdo, por momentos pienso que me he hecho algo y, sobre todo, termina con las pocas ganas que me quedaban de correr. Los siguientes 5 o 6 km los hago parado, me adelanta hasta el apuntador, pierdo referencias de la cantidad de grupos que pudieron pasarme en ese rato. Pienso en la retirada, pero pronto me doy cuenta de que estoy en uno de los puntos mas lejanos del circuito, por lo que, al notar algo de mejora, me decido por continuar. A estas alturas me asiento en un grupo realmente cómodo, por lo que no tengo mas que pasar el tramite.

Decido utilizar la jornada como entrenamiento, lo que me lleva a obviar mi alimentación, por muy tranquilo que fuera el ritmo los últimos kms se me hacen duros ya que voy vacío.

Cruzo la meta y me reuno con mis amigos y novia, menuda carrera para venir a verme, lo mejor será pasar pagina y pensar en tiempos mejores (quizá pasados).