lunes, 3 de septiembre de 2007

Cto. de Madrid de Bikemaratón

Rompepiernas:

Estamos ya en septiembre, el verano se ha pasado volando, y eso que apenas he tenido vacaciones, al día siguiente de la Transalp me fui a trabajar fuera de casa y sólo volví el fin de semana para hacer la tradicional ruta nocturna por la Pedriza. Luego pude disfrutar de unos días tranquilo en la playa y desde el 6 de agosto he trabajado a un ritmo casi normal.

Al pasar un objetivo como la Transalp se produce un vacío de motivación que es difícil de llenar. Es cierto que se vuelve con un estado de forma envidiable, por lo menos una vez que el cuerpo se recupera, pero resulta complicado mantener las ganas de competición.

A mi me quedaba temporada por delante: el Cto de Madrid de Maratòn en casa, la final del Cirucuito Orbea y puede que los 88 por parejas; pero reconozco que no tenía ganas. No voy a decir cuanto he entrenado este verano porque la gente no se lo creería, pero puedo asegurar que poco, de verdad.

Dos semanas antes del Cto quedé con unos amigos a dar una vuelta por la zona, yo fui el que insistí en quedarnos en casa en lugar de ir a la sierra ya que hacía un par de meses que no salgo por los senderos del rompepiernas. Mis sensaciones son malas y pienso que en ese estado es mejor ni participar, pero también se me ocurre que con unos días de bici podría recuperar cierto 'puntito' ya que tengo volumen acumulado de mi paso por los Alpes.

En los días previos recibo la gran noticia de que mis amigos del Ederra aceptan mi invitación para venir a conocer esta carrera, esto no deja de ser un poco mas de motivación. Los días pasan y las sensaciones mejoran, quizá pueda hacer una carrera digna.

Mi pobre amigo Nacho se pierde la cita por una inesperada lesión, sin embargo será un gran apoyo como 'cheerleader', desde aquí le deseo una pronta recuperación.

Ya conozco esta carrera, todos los años pasa algo, la gente se pierde, se cabrea, dice que no vuelve... y a mi particularmente se me han roto varias cadenas y he pinchado en otras ocasiones. Pero estos pensamientos ya no están en mi cabeza, me he 'calentado' y voy a hacerlo lo mejor que pueda.

Llega el momento...

Salida neutralizada en la que resulta fácil mantenerse delante evitando problemas derivados del transito de un pelotón por calles estrechas. Me paro al lado de Ivan Alvarez y me comenta que por fin ha podido irse a vivir a la casa que se compró, me alegro mucho por él, se lo merece porque es muy buen chaval.

Pensaba que montarían una parrilla por categorías, pero la salida se da sin pasar por este trámite. Vamos bajando, tira Mantecón, Ivan a rueda y yo a la suya. En los primeros repechos pienso que es una locura estar ahí y aflojo, para coger la estela de Adrada una vez éste me alcanza.

No me gusta nada la salida de esta carrera, no es propia de una maratón, parece una carrera de rally de una hora. Yo tardo en entrar en calor, así que soy consciente de que ir a ese ritmo es una locura, pero también pienso que mientras aguante será terreno que vaya ganando a mis verdaderos rivales, total, llegará un momento en el que tendré que regular y poner mi marcheta maratoniana.

Ese momento llega relativamente pronto. Noto la ausencia de entrenamiento propiamente dicho y tengo que regular cuando la cosa se pone realmente cuesta arriba. Me pasan varios grupitos y me adapto al ritmo en el que marcha Calvente entre otros (creo que cada vez conozco a menos gente de las carreras de Madrid).

Al paso del río tras la depuradora todos desmontan, la tabla para pasar el siguiente cauce también provoca el pateo de mis compañeros, yo paso montado, ventajas de conocer 'un poco' la zona.

Giro brusco a la izquierda y a 'patear', me coge José Antonio Calvo que me empieza a preguntar por el trabajo... eres un crack!; y mira que a mi también me gusta dar conversación cuando vamos altos de pulsaciones... Le cuento lo que buenamente puedo y quedo con él en hablar tranquilamente en la meta. Me dice que le voy a tener que esperar en cuanto arranque mi motor diesel, ojalá sea así.

En ese momento se me suben los dos gemelos hasta las rodillas, cuando vuelvo a montar en la bici apenas puedo pedalear. Me resulta extraño que me suceda algo así dos veces tan seguidas (la anterior en los Alpes), de verdad que no solía pasarme.

El siguiente tramo empiezo a pasarlo mal. Me coge Jon, alias 'Matiku' camino del podium, esta hecho un chaval, si se cuidara un poco mas daría más de un susto. En el breve descenso trato de centrar mis ideas y parece que los calambres remiten.

En el repecho de la gasolinera me exprimo un poco, sé que Nacho andará por ahí y hay que aparentar, bueno, realmente no, pero es una buena excusa para llegar a las 190 pulsaciones. Supero a mi amigo del Ederra y nos vamos hacia la zona mas bonita de esta carrera, es decir, del otro lado de la carretera de Hoyo a Colmenar. Le digo a 'Matiku' que la carrera empieza en ese punto, yo mismo me lo creo y pongo el turbo.

Me tomo mi primer gel del día antes de empezar la zona de la parte alta del pueblo. Allí remonto posiciones por fin, ya había caído hacia la 25. Subo montado todas las zonas complicadas en las que mis acompañantes desmontan, lo dicho, alguna ventaja tiene que tener vivir cerca.

Una vez pasada la zona mas dura meto plato y me lanzo a por el llaneo y las dos o tres bajadas de esta zona, soy consciente de que aquí soy bastante rápido y puedo ganar posiciones. Se me empieza a chupar la cadena pero no me preocupa por ahora, aunque el asunto no me gusta.

Cuando cogemos la pista pegada al pueblo, donde hay que pedalear ya en serio, la cadena no me deja, ni el plato grande ni el mediano. En ese momento me encuentro a Nuria, la mujer de Iñigo que me da un bidón y aprovecho para parar y ver que pasa con la cadena ya que parece un eslabón que pudiera estar tocado.

El plato grande esta doblado, le he debido dar con una piedra pero ni me he enterado. La cadena se engancha con el plato mediano tanto si va en el grande como en aquel, así no se puede seguir...

Sin pensarlo miro a mi alrededor, veo una piedra medio enterrada y le doy varios golpes a la zona doblada del plato. Me pasan algunos corredores, entre los que se encuentra Galan, al que me alegra ver recuperado de sus problemas de rodilla.

Matiku me ofrece su bici, ni me lo planteo, al dar dos pedaladas compruebo que mi solución de emergencia ha sido efectiva. Arranco el motor y me pongo a mil por hora, en ese repecho pierdo definitivamente a mi amigo de vista. Paso por el avituallamiento en el que anima Nacho una vez más, pese a ir con muletas se ha dado un buen paseo; vuelo a través de Hoyo y la zona baja del pueblo. Aquí pinché y rompí la cadena el año pasado con un estado de forma bastante mejor que el de este año.

Paso cierto miedo en una zona de alta vegetación y nada de sendero, y eso que pasé por allí hace unos días. Me encamino a una subida desgarrada, una de las escasas novedades del recorrido de esta edición.

El otro día subí montado, pero hoy me impide el paso Valhondo que tiene dificultades para respirar. Me dice que ha pinchado, pero va realmente mal, así que pronto le dejo y me lanzo a recuperar mi posición.

Este año el circuito parece mucho mejor marcado, pero llegamos a la zona conflictiva del día. No quiero ponerme trascendental, pero es cierto que en las carreras, como en todo, la suerte juega un importante papel y no tenemos ningún control sobre ella. Este es un momento en el que tengo que decir que tuve suerte. Otros se perdieron en esta zona y no volvieron a enderezar el rumbo, yo mismo me había saltado el cruce bueno, pero en dirección contraria subía un grupo con Galan y Calvo entre ellos. Yo apenas perdí unos metros, y me vi en la grupeta en la que iba antes de mi problema de gemelos y de plato. Lo dicho, mucha suerte.

Me acoplo con ellos y voy muy cómodo, empieza a funcionar bien mi motor diesel cuando falta lo mas duro. Tomo otro gel, no debemos descuidar la alimentación porque a partir de aquí las fuerzas irán justas, ahí es donde yo mejor me desenvuelvo.

Conozco la bajada perfectamente así que tomo la primera posición del grupo. No fuerzo en exceso pero llego al pie de la siguiente subida ( en la falda del Canto del Pico) con unos cuantos segundos sobre mis perseguidores. Me dejo coger, Jose Calvo y otro compañero que al rato me pregunta por mi categoría 'yo, elite, ¿y tú`?', me dice que es master y me relaja relativamente, para mi todos son rivales.

Bajamos a la Berzosa, yo con plato mediano, pero no me lo hacen pasar muy mal. El sendero hacia el río resulta divertido y empieza lo bueno. Llevamos unos 40 km por un duro terreno, pero lo que queda es complicado. El master que no conozco empieza fuerte, Jose se queda.

Pasamos por el avituallamiento sin mirar a las niñas que se esconden del sol, e iniciamos una bonita zona por debajo de la linea de alta tensión. Le digo que queda mucho, pero no sé si no me cree o realmente va fuerte, yo ya voy a mas, a partir de ahora sólo voy a mirar hacia delante y a ganar posiciones, como en los buenos días.

En la zona dura le dejo fácil, no necesito ni coger aire en el descansito e inicio la segunda zona dura con energía, el motor funciona. Noto el sol en el cogote, hoy no me molesta, voy a mas. Recibo la inestimable ayuda de un espectador y los gritos de animo '¡¡que remontada, que remontada!!'; entonces pienso en cuanta gente se ha podido perder, me animo, aunque ya lo estaba.

La bajada está peor que nunca, no arriesgo nada, aquí, a estas alturas tengo mucho que perder y poco que ganar. Inicio la última subida como una moto, voy bien pese a la paliza y al fondo diviso a un competidor, 'es mío' pienso. Le doy alcance en la dura trialera que lleva al depósito, cual es mi sorpresa al ver que es Carrion (¿no fue Campeón de Madrid de Rally?' no sé si va tieso o desmotivado, pero en cualquier caso le paso y veo como se queda a charlar con el hijo de Bustillo.

Vuelvo a pasar por el avituallamiento, Nacho sigue allí y me anima con efusividad. Ya puedo dar todo lo que me queda de aquí a meta.

Ni intento subir las últimas trialeras, las mismas donde empecé a sentirme bien hace un rato cuando las transitábamos en sentido contrario; no tiene sentido arriesgarme a romper una cadena que ha sufrido mucho por la sequedad y el polvo; las piernas tampoco van para mucha fiesta.

El último descenso sabe a gloria y entro en meta contrariado, el tiempo no ha sido muy bueno, algo peor que el año pasado, pero éste no he tenido todos los problemas de entonces, pero pronto me animo cuando me dicen que he sido 10º, 6º élite y, por fin, 3º de Madrid elite.

Iñigo fue 4º absoluto y Matiku subió, por primera vez en su vida, a los 37 años, al podium como 2º Master 30. La celebración fue memorable, aunque hubiéramos celebrado cualquier otra cosa en caso contrario.

Ahora a trabajar a Burgos y a Vitoria desde allí, la final del Orbea espera, el año puede acabar bien y todo.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Día 8:

Por fin la última etapa!!

Edu amanece con dolor de garganta, me dice que no va a forzar, que no esta bien y que va a salir solo porque es el último día. Bueno, a ver si podemos ir juntos al menos.

La última etapa de la Transalp no es como la del Tour, de paseo, aquí se mete caña hasta el último día, de hecho, se juegan muchas cosas en esta jornada.

Nos colamos en un box de salida que creemos ser el B, sin embargo luego nos daríamos cuenta de que era el C, supongo que nos lo merecemos.

De salida bajamos un poco y enseguida comenzamos a subir por una pista, marco el ritmo y Edu me sigue sin problemas, pese a no poder ni hablar del dolor de garganta. Pasamos a mucha gente, pero cuando llegamos a la primera bajada nos encontramos con un atasco propio de Madrid en hora punta. No había forma de moverse, estuvimos literalmente parados durante algunos minutos.


La bajada preciosa, técnica y machaca brazos. Bajo un buen tramo detrás de una chica que va bastante fuerte, hasta que los brazos no le dan mas de sí y empieza a cometer errores que acaban con ella en la cuneta, aún así me estaba sorprendiendo su habilidad.

El avituallamiento esta abajo del todo, hoy soy yo el que espera a Edu, lo hago durante varios minutos, incluso empiezo a temer que le hubiera pasado algo.

Reanudamos la marcha y nos metemos por una zona que parecía un circuito de rally, entre fincas y con repechos cortos y rompepiernas. Abandonamos esta zona hacia un gran valle en el que la temperatura sube por momentos. Llaneamos alegres pero reservando fuerzas para la última ascensión.

No sé que temperatura podía hacer, pero desde luego que la sensación térmica era agobiante.

Comenzamos el puerto por carretera ancha y con el sol pegando en la nuca, que calor! Edu marca un buen ritmo al que me acoplo no sin sufrimiento, pero la motivación de ir juntos es suficiente fuente de energía. Pasamos un pueblo y la carretera se estrecha, se empina y empeora. Edu marcha unos metros por delante pero ya no puedo seguir a ese ritmo.

Me quedo solo, pero pienso que por un día no será por mucho tiempo.

En una zona con abundante vegetación la carretera pica de verdad, ya no puedo mas y al ver a un compañero 'pateando' decido hacer lo mismo. Probablemente no fuera una zona tan dura, pero la cabeza puede mucho, para lo bueno y para lo malo.

Abandonamos el asfalto y aun quedan unos cuantos kms de subida por pista hasta llegar al avituallamiento. Cuando llego me sorprende no ver a Edu, pero no le doy mayor importancia y sigo solo hacia el último descenso.

La bajada es increíble y pronto cazo a Edu, remontamos posiciones juntos una vez mas. A mitad nos encontramos a los catalanes, me piden un tronchacadenas porque Jordi ha roto y baja literalmente sin cadena. Adelanto al grupo y pongo un buen ritmo de descenso que solo puede seguir, precisamente...Jordi!! Increíbles adelantamientos por el exterior e interior que hicimos a algún corredor los dos y aún mas increíble su técnica para salir de las curvas sacando el pie para darse impulso.

La bajada se acaba y llegamos a una carretera, 'feo final para esta carrera' pienso.

Tengo que pedir perdón por no quedarme para ayudar a Jordi a terminar sin la cadena, la verdad que se me pasó por la cabeza, pero en cuanto Edu se puso a tirar como un poseso ya sólo quería llegar.

Cruzamos la meta juntos por 2ª vez en toda la semana, algo de lo que se hizo eco el speaker de la carrera, y por fin:OBJETIVO CUMPLIDO.

Ha sido una semana dura, lo he pasado mal, también he disfrutado en algunos momentos, pero a quien me pregunte a partir de ahora por esta carrera le diré que no muy bien. Como muestra valga fijarse en que no he hablado de puestos en ningún momento, se trata de una carrera y yo venía a disputar, pero no ha podido ser. Sin embargo, también tengo que decir que he acabado mucho mejor de salud que el año pasado, que aún me quedan ganas de bici para este año y que no sé si volveré a los Alpes en este plan el año que viene, pero que no lo veo imposible.

Fotos de la página oficial de la Transalp

Tengo que agradecer a todo el mundo que me ha ayudado en esta carrera su aportación al proyecto, en especial a los padres de Edu, sin ellos no habríamos disfrutado de muchas comodidades que hemos tenido.

Igualmente agradecer la preocupación y el apoyo recibido por todos durante estos duros días.

Por cierto, hay un día 8'... no estuvo mal la fiesta en Riba di Garda, ¿a qué no compañeros?
Día 7:

103,27Km, 3080m de desnivel positivo y los primeros 80Km por asfalto. Estos son los datos de la penúltima etapa de la Transalp 2007. Efectivamente, los primeros 80km eran por asfalto, y esto, para una carrera de mountainbike no deja de ser curioso. A mi no me motivaba especialmente el día.

Sin embargo, voy a más en la carrera, me encuentro mejor y los ánimos son, en general, buenos. Mi copañero Edu le tenía ganas a esta etapa desde el principio, para alguien acostumbrado a correr en carretera y que lo pasa mal cuando los descensos se complican, una etapa así es mas que apetecible.

Volvemos a colarnos en el box B, la salida tiene pinta de ser una locura. Los primeros 18km por el típico carril bici de la zona, revirado, con repechos pero picando claramente hacia abajo.

Lo mejor fue quitarnos estos kms en menos de media hora; lo peor, no hay mas que calcular la media para hacerse una idea.

Llegamos lanzados al pie del puerto, la carretera es ancha, no se aprecia el desnivel, pero cuando me quiero dar cuenta vamos subiendo a 30km/h con el plato grande metido, quedan 15km hasta la cima...

Alcanzo a las Klose, que a estas alturas se han convertido en una buena referencia, una de ellas va sufriendo, la otra aguanta el plato grande; pienso en quedarme con ellas pero voy con fuerza así que decido progresar. Una vez adoptado al ritmo de escalada voy pasando kms sin darme mucha cuenta. El asfalto es bueno y aun es temprano y no pega mucho el sol, además hay abundantes sombras que hacen mas llevadera la ascensión.

Con dos terceras partes del puerto en las piernas llegamos a una serie de rampas con desniveles por encima de la media. Aun no sufro en exceso, por lo menos para lo que estoy acostumbrado, pero no estoy muy seguro de aguantar a ese ritmo. Miro atrás en busca de referencias conocidas. En una sucesión de curvas de herradura diviso a los cuatro 'Ederras' unos 500m por detrás y pienso que me gustaría aguantar por delante suyo por un día (tonterías de las carreras), así que me esfuerzo un punto mas y me adapto al ritmo de otro corredor que parece ir solo.

En esta ascensión presencio la encarnizada batalla de las féminas por la etapa y la general. Las hermanas alemanas iban sufriendo desde abajo del puerto, así que una pareja de canadienses les atacaron con toda su fuerza. Las canadienses son una pareja compuesta por una chica enorme y potente y otra pequeña y muy correosa. Yo ni me planteo seguir el ritmo impuesto por ellas, me parece excesivo.

Tras coronar nos lanzamos por una buena carretera en busca de un nuevo valle. Cogemos mucha velocidad, en algunos momentos se pasa miedo, y poco a poco vamos formando un grupo que será de gran ayuda para pasar los kms intermedios entre los dos puertos.

Tras varios kms de bajada nos encontramos con una tachuela que subo sin problemas, el pelotón en el que me había acoplado queda definitivamente definido, tirando del grupo van las chicas canadienses, en su empeño por recortar tiempo. Llaneamos a mil por hora y en un momento dado, a la entrada de un pueblo, me despisto con un coche que salia de una bocacalle y me quedo cortado, 'menuda tontería', pienso, me pongo a 180 pulsaciones para intentar contactar pero no hay manera. Intento aprovechar el rebufo de una furgoneta, pero pisa el acelerador y me quedo a escasos 20 mentros de la última rueda.

Persisto en mi intento durante un par de kms, pero cuando cogemos otro carril bici entra un fuerte viento de frente que termina por rematarme, me quedo solo a merced de los lobos, como se suele decir. En esta situación no me queda otra que esperar al siguiente grupo, que tarda bastante en llegar.

Con las piernas ya castigadas por un puerto de 15km y dos tramos de llaneos a mil por hora empezamos el último puerto. Los primeros kms tienen bastante desnivel y noto que no voy del todo bien. Pienso que tardaré en adaptarme al ritmo de ascensión después de tanto llaneo. Me pasa uno de los asturianos, que va solo como ayer, va como una moto y ni me planteo seguirle.

El sol pega de verdad, empiezo a pasarlo mal y voy buscando las sombras desesperadamente. A mitad de la dura ascensión me cogen los 4 Ederras una vez mas, van regulando y vigilandose unos a otros. Me acoplo a su rueda, ya que parece un buen ritmo y necesito una referencia así para no hundirme moralmente.

Avanzamos cómodos, y un momento dado Zigor le dice a Iñigo que le ve flojo o un comentario de este tipo, a buenas horas!. Iñigo mete un piñón e incrementa un puntito el ritmo, se va. Oscar aumenta la velocidad para coger a su compañero y ya queda definitivamente rota la armonía del grupo. No me siento capaz de irme con ellos, no sé si es física o mentalmente, pero no voy más. En ese momento me falta el puntito de motivación necesario para poner al cuerpo mas cerca aun del límite, pero yo definitivamente no lo tengo, total ¿qué me estoy jugando?

Lo empiezo a pasar realmente mal por el calor. La carretera se estrecha y se encajona en la montaña impidiendo que sople la mas mínima brisa. Me escuecen los brazos y me asusto al mirar que me están saliendo ampollas de las quemaduras del sol, pero no puedo hacer mucho, así que no queda otra que seguir hasta coronar.

El avituallamiento llega por fin y con él abandonamos el asfalto de una vez. No sé si será cierto, pero por lo visto algún equipo llevó slicks hasta este punto y cambió ruedas en este avituallamiento, esto no es propio de una carrera de mtb, la verdad.

Con la llegada de las piedras me animo, pero el terreno no es nada fácil y me cuesta seguir subiendo, aun quedan 30km. Nos metemos en una zona bonita, con senderos y entre bosque que alivia el calor. Dejo a un grupo, ruedo con fuerza y pienso en recuperar todas las posiciones que pueda de aquí a la meta.

En una zona de senderos me encuentro a 3 o 4 corredores de frente, nos habíamos perdido, adiós a mis buenas sensaciones. Me acoplo en un grupo en el que marchan las terceras chicas. El camino vuelve a picar y el terreno esta suelto, así que subimos todos como buenamente podemos, compruebo que no soy el único que va 'tostado'.

Me pongo a rueda de una pareja mixta en una de las últimas subidas, la chica marca el ritmo, el chico sufre y se queda, yo igual... alucino con el nivel de las mujeres en esta carrera, de verdad.

Para terminar un descenso rápido por asfalto, por si no habíamos hecho suficientes kms ya en esa superficie. Empiezo a ver caravanas y pienso que la meta debe estar cerca, pero aun quedan un par de kms, al llegar sólo puedo desear no tener que volver a subir hasta aquellas campers, por suerte no es así. Sin embargo, nuestro masajista oficioso si que había aparcado en la parte alta del pueblo, hoy me quedo sin masaje, yo hasta allí no voy!